Una gigantesca catedral con pocos pilares

Félix González, socio director general de Capitalia Familiar EAF, analiza los mercados bursátiles y los valores en alza
Una calculadora con la Torre del Gallo de la Catedral Vieja de Salamanca.

Nvidia lo consiguió de nuevo: sus resultados trimestrales superaron ampliamente las ya de por sí previsiones exigentes del consenso del mercado. Así, tras varias sesiones de dudas, en las que su cotización llegó a registrar una caída del -10%, sus excepcionales cifras trimestrales volvieron a impulsarla al alza, para cerrar la semana con una ganancia neta del +9% (un +59% acumulado en lo que llevamos de 2024). Con un valor en bolsa cercano a los 2 billones de dólares, Nvidia es ya la cuarta compañía más grande del mundo por capitalización, solo por detrás de Microsoft, Apple y Aramco, y por delante de gigantes como Amazon y Alphabet (Google). El valor en bolsa de Nvidia hoy en día supera ya holgadamente al valor de todo el PIB anual generado por el conjunto de la economía española (de 1.5 billones). ¿Es esta una valoración excesiva para una empresa con unos ingresos anuales de unos 61 mil millones de dólares y un beneficio de unos 29 mil millones? Aparentemente sí, mucho, pero el tiempo dirá si consigue a medio y largo plazo cumplir las perspectivas de crecimiento extremadamente optimistas implícitas en su cotización actual.

Lo que está claro es que las bolsas hoy en día se mantienen calientes al abrigo e influencia principalmente de tan solo siete compañías: Microsoft, Amazon, Meta, Netflix, Alphabet, Apple, y la propia Nvidia (las que se han dado en llamar las Siete Magníficas): el valor conjunto de estas siete compañías representa casi un tercio del valor de toda la bolsa estadounidense (casi 13 billones de dólares de un total de 46 billones).

Estas Siete Magníficas son, por el momento, pilares robustos, pero pocos para sostener indefinidamente esta gigantesca catedral en que se ha convertido el mercado bursátil mundial, y en el cual, aparte de estas siete, cotizan alrededor de otras 55 mil compañías: más allá del brillo hoy todavía deslumbrante y cálido de las Siete Magníficas, el fondo real del mercado es más oscuro y frío.

Desde el punto de vista de la salud y estabilidad del mercado, sería deseable contar con cimientos más amplios y diversificados; que el mercado consiguiera ir rotando de manera ordenada desde estas siete grandes en favor de otros sectores y mayor número de compañías.

Para que esta rotación se produjera de manera sostenida, sería necesario que la evolución de la inflación a lo largo de estos próximos meses permitiera a los bancos centrales reducir sus tipos de interés, y que en esta fase de transición las principales economías consiguieran evitar su entrada en recesión. Solo así el mercado conseguiría contar con una base alcista más amplia y diversificada, no tan excesivamente concentrada y restringida como la actual; una base alcista en la que el número de opciones de inversión atractivas se multiplicaría exponencialmente.

De lo contrario, cuando algunas de las Siete Magníficas dejen de serlo, cuando algunos de estos pilares se quiebren (algo que con total seguridad acabará sucediendo más pronto o más tarde), el conjunto del mercado se vendrá abajo a plomo con ellas.

Félix González

Socio director general de Capitalia Familiar EAF

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