Un vertido de escombros, y menos de este calibre, quizá no es noticia. Pero en este caso, lo sangrante, es que es en la misma orilla del río. Difíciles de recoger por lo escarpado. Y no es en un lugar apartado, escondido, es el parque del Aldehuela, al final del parque.
Administrativamente este lugar pertenece a Cabrerizos. «Es lo que tiene el facilitar el acceso de coches a la ribera del Tormes, que lo convierte en un lugar atractivo para verter escombros», denuncian desde la asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.