Emprender con la receta de las perronillas del abuelo

Beatriz Andrés decidió dejar la estabilidad y tranquilidad de un trabajo en Educación para aventurarse en el mundo del emprendimiento. Jugaba con ventaja, lo había visto toda la vida en casa y tenía una muy buena materia prima: las recetas de sus abuelos. Con esta ‘harina’ decidió que el horno de la panadería familiar no se iba a apagar al jubilarse su padre, el panadero de Fuenteguinaldo, que seguiría dando calor para hornear las perronillas que ofrecen al comensal el sabor de toda la vida, las que evocan el recuerdo de esas visitas a casa de la abuela en la niñez.

Así, Beatriz Andrés ha convertido la panadería que abrió su abuelo y que heredó su padre en la primera Perronillería de España. “Como lo oyes”, comenta ilusionada.

Reconoce esa sensación de vértigo cuando tiene que tomar una decisión difícil, un poco arriesgada, que supone una salida radical de su zona de confort, pero necesaria para iniciar un proyecto que ilusiona y remueve las entrañas. “Pasar a darme de alta como autónoma y poder continuar con la elaboración de nuestras Perronillas Jesús Andrés, que siempre han sido el buque insignia del negocio familiar, su receta elaborada por mis abuelos en la década de los sesenta, que nos ha permitido deleitar el paladar de nuestros clientes durante décadas., eso no tiene precio”, asegura.

Por todo ello, se puso el mundo por montera, ya que no podía permitir que se perdiera un producto así. “Mi hermano optó por el mundo del fitness, se trasladó a León y se gana muy bien la vida con dos centros de entrenamiento personal (BCP) junto a su socio. Me alegro infinitamente de que les vaya genial, pero esto me dejaba a mi sola ante la decisión de continuar elaborándolas o dejar que se perdieran para siempre. Total, que me lie la manta a la cabeza, como se suele decir, y aquí estoy, haciendo perronillas a destajo, algunos días agotadísima de tanto trabajo, pero muy orgullosa, especialmente cuando pienso en cómo se sentirían mis abuelos si pudiesen observarme elaborando exactamente las mismas perronillas que ellos diseñaron”, explica.

Está convencida de que tiene una ayuda ‘extra’, que le están dando toda la fuerza que necesita, porque como asegura, cualquier negocio en sus inicios está lleno de obstáculos que solo se superan con mucho trabajo y dedicación.

“Sigo tratando de expandir nuestras perronillas a nuevos puntos de venta, especialmente en la capital salmantina, pero también a otros pueblos de la provincia. A veces no es fácil convencer a los propietarios de incluir un nuevo artículo en sus negocios. Pero he de decir que estoy contenta con la evolución del negocio”, cuenta emocionada Beatriz Andrés.

Se está adaptando a las circunstancias y para tener abierto el punto de venta en Fuenteguinaldo, ha colocado una máquina expendedora de perronillas, donde los clientes pueden adquirirlas a cualquier hora cualquier día.

“Tuve mis dudas sobre si esto daría buenos resultados, la gente de los pueblos no es mucho de comprar en máquinas de vending. Pero, aún habiendo pasado poco tiempo desde su instalación, estoy comprobando que les ha resultado útil y de fácil acceso para todos. Podemos decir que la primera máquina expendedora de perrunillas de España está siendo un éxito, proveyendo de Perronillas Jesús Andrés tanto a locales como a cualquiera que pasa por allí, ya que está ubicada junto a la carretera y eso hace que la compra sea de lo más cómoda y rápida”, concluye.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de Perronillas Jesús Andrés (@perronillasjesusandres)