Los discursos del Banco Central Europeo y de la Reserva Federal esta semana pasada vinieron a respaldar las expectativas del mercado acerca del posible inicio del proceso de bajada de los tipos de interés hacia finales del segundo trimestre de este año. En este sentido, las previsiones del mercado continúan centradas en cuatro recortes de tipos dentro de este año, empezando en el mes de junio.
Los datos oficiales de empleo de febrero, publicados en Estados Unidos, aunque nuevamente contradictorios, revelaron en general un mes más la tendencia a un progresivo debilitamiento del mercado laboral de la economía norteamericana, así como una pequeña moderación del ritmo de crecimiento de los salarios, todo ello en la línea con el ajuste deseado por la autoridad monetaria estadounidense, pero a un ritmo lento.
En el mercado se asume ya que tanto la economía europea como la estadounidense seguirán creciendo durante los próximos trimestres, evitando así su posible entrada en recesión, y se espera que las tasas de inflación seguirán reduciéndose a lo largo de los próximos meses de manera suficientemente sostenida para permitir a los bancos centrales relajar sus políticas monetarias.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, entre los principales escenarios de riesgo de cara a los próximos meses cabe identificar los siguientes:
- Que la inflación se resistiera a bajar al ritmo deseado o que, incluso, volviera a repuntar, retornando la presión sobre los bancos centrales en favor del mantenimiento del rigor monetario.
- Que el crecimiento económico se debilitara más de lo esperado, forzando a los bancos centrales a acelerar e intensificar su proceso de bajadas de tipos.
- Una combinación de los dos anteriores, es decir, estancamiento del crecimiento económico con inflación.
Cada uno de estos tres escenarios tendría consecuencias muy distintas para los mercados financieros, pero el tercero sería sin duda el más complicado de gestionar para las autoridades monetarias, y también sería el más duro de encajar tanto para las bolsas como para los mercados de renta fija.
Con este telón de fondo, esta semana hemos asistido a algunos movimientos dentro de los mercados que apuntan a que el dinero podría estar empezando a desplazarse hacia posiciones de carácter más defensivo:
- Debilitamiento del impulso alcista de las mega caps o las llamadas Siete Magníficas, con una sesión de infarto el viernes 8 de marzo para NVIDIA (llegó a subir un +5% durante la sesión, y después se vino abajo en vertical para despedir la jornada con caída neta del -6%, es decir, un rango salvaje de máximo a mínimo intradía del -11%).
- En contraste con lo anterior, el buen comportamiento relativo mostrado por los sectores de carácter más defensivo en bolsa y, en especial, de las eléctricas y utilities en general.
- Claro debilitamiento del tipo de cambio del dólar frente al resto de divisas.
- En contraste con la evolución bajista del dólar, la importante subida registrada por el precio del oro (que en determinados contextos de mercado, no siempre, puede asumir también el papel de activo refugio).
- Y la reacción alcista durante los últimos días de las cotizaciones de la deuda pública más solvente, en particular, del bono alemán a 10 años y de su homólogo estadounidense (considerados también en determinados entornos de mercado, tampoco siempre, como activos refugio y de calidad).
Veremos si estos primeros movimientos pro defensivos del mercado se afianzan y tienen continuidad en próximos días y semanas, y en qué medida podrían estar anticipando una mayor rotación sectorial y entre clases de activos: ¿será este el canario en la mina que anticipe el final de la actual dinámica alcista para las grandes tecnológicas estadounidenses?
Félix González, socio director general de Capitalia Familiar EAFN