Es difícil de entender a esos de las fobias por los adversarios, que rabian de verlos con buena salud, se angustian porque no anden a cuatro patas y sufren porque no los ven despeñándose camino del infierno. No saben que esas obsesiones causan alteraciones físicas y mentales, se asocian a ataques de pánico y hacen se comporten alterados en sus relaciones sociales. Dan pena y ganas de pintarles las paredes de colorines para que cuando se den cabezazos vean arcos iris en vez de tinieblas.
La verdad es que hay gente por ahí que provoca incertidumbre, nos levanta en armas contra enemigos figurados y, para que no nos perdamos pidiendo explicaciones que nos compliquen el enjuiciarlas, nos lo ponen sencillo: “elige entre perder tú o fracasen ellos”. Exageran y nos mienten tratando de confundirnos, ofuscarnos el entendimiento y nos sintamos inseguros. Y mira, que desde lejos se ve son pájaros de plumaje artificioso y parloteo insustancial.
Con tanto energúmeno suelto que, porque estén resentidos ellos, nos quieren hacer a nosotros desconfiados y biliosos, es para ponerse en guardia, usar coraza de invulnerables y repelerlos. Porque oigan, de tanto machacarnos y nos gruñan al oído acabamos durmiendo mal, te enredes en el trabajo y cuando tu pareja sale sola de casa pongas mala cara. Si les haces caso te vas aislando, te falla la autoestima y empiezas a figurarte que van a subir el precio del café y que la cisterna está a punto de dejar de funcionar.
Hay que cortar con eso y con estos tiempos de conformismo que se lo traga todo y pone en cuarentena las cosas buenas. Siendo que nada sucede de golpe ni se arregla de repente, vamos entretanto a sentirnos satisfechos con lo cotidiano y aplicarnos el proverbio chino; “las oportunidades no suceden solas, tú las creas”.
Licenciado en Geografía e Historia, exfuncionario de Correos y escritor
1 comentario en «Del riesgo y las obsesiones»
Nuevo razonamiento acertado Manolo.
Te empiezan hablando del tiempo, después que programas de tv ves y a continuación te catalogan o como de los suyos o del contrario y a renglón seguido ejercen una actitud amable o crispada , como corresponda.