Los asistentes a una fiesta particular que se estaba celebrando en la calle Sol Oriente recibieron pasada la medianoche del sábado al domingo una visita inesperada.
Eran las 00.20 horas cuando alguien llamó a la puerta y al abrir se acabó la fiesta. Eran los agentes de la Policía Local, que habían acudido alertados por otros vecinos debido al ruido que hacían.
Esperaron a que dieran las doce para que entrara en vigor la limitación de ruidos y no les dieron tregua. Llamaron a la policía y se acabó la fiesta.
Horas después, a las 6.34 horas, los agentes tuvieron que acudir al barrio de San José para realizar otra medición de ruidos que resultó positiva.
A lo largo de la noche los policías también denunciaron a dos individuos por orinar en la vía pública en la calle Consuelo y en la plaza Doña Gonzala Santana. A las 5.43 horas se incautaron de sustancias estupefacientes en la plaza de San Justo.