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Opinión

El pregón de Ana

Ahora sí, ya nos metimos en la Semana Santa. El domingo tuvimos el prólogo literario con Mónica Velasco ejerciendo de Poeta ante la Cruz y, además, se anunció que el próximo año tomará el relevo Víctor Herrero de Miguel, ganador de la última edición del premio Ciudad de Salamanca de Poesía. Pero a pesar de la calidad de este acto, único en España, el pregón es el que señala oficialmente que la Semana Santa, en su vertiente popular, ya comenzó.

El pregón es un acto cultural y social con trasfondo religioso. Estamos de acuerdo en que la Semana Santa es, ante todo, un hecho religioso. Pero esta celebración está tan arraigada en la sociedad que trasciende de lo religioso y permea otros muchos ámbitos. La Semana Santa tiene su liturgia y su paraliturgia, no lo olvidemos. Y bajo el paraguas de la paraliturgia se cobijan muchos tipos de gente y no todos son precisamente cristianos fervorosos. Por ello, entiendo, llevar el pregón al Liceo, hace trece años, fue un acierto de José A. Cornejo, al ser la mejor manera de insertar en la ciudad el anuncio de la Pasión de Cristo. Y eso que debió vencer las reticencias de Calatrava, donde al principio no lo veían muy claro, pero pronto acabaron reconociendo que así estaba mejor.

Ayer el Liceo subió el telón y Ana Hernández pronunció su pregón. Gustó. Con su frescura indeleble y la voz aterciopelada e inconfundible que le caracteriza, Ana fue desgranando sus vivencias y experiencias con las personas de la Semana Santa que han ido pasando por su vida. Un pregón, por tanto, encarnado a más no poder en el ser humano. Con las creencias que le inculcaron de pequeña latiendo continuamente, con los miedos y sentires de esa niña debutando en las procesiones, tocando el clarinete, en la banda municipal de Ciudad Rodrigo o el peso de la responsabilidad al iniciar en Salamanca las retransmisiones televisivas de los desfiles de penitencia. Fue ella misma, como se esperaba, como debe ser. Y cuando hay autenticidad el discurso resulta siempre creíble.

La apuesta era segura, aunque no supiéramos por dónde se iba a conducir. Pero es obvio que con Ana Hernández no se corría riesgo. Quienes en su día compartimos con ella las experiencias de las retransmisiones televisivas, sabemos de sobra que pocos profesionales se lo curran tanto. Puntillosa, detallista, perfeccionista… Todo controlado, todo perfecto. Así fue su pregón en lo formal, con un texto muy bien construido y cohesionado en sus partes. Fue su pregón, el de la niña que se asoma a la Semana Santa y el de la profesional que se mete en ella con oficio. Fue su pregón, que importante es eso, un discurso ágil que rompió con los tópicos e incluyó pasajes líricos y mantuvo siempre las emociones y sentimientos.

La Semana Santa de 2024 ha comenzado en Salamanca. Ana Hernández acaba de inaugurarla y, a partir del viernes, en la capilla de la Vera Cruz, sonará la campana de las andas de Nuestra Señora de los Dolores y durante diez días seguidos las procesiones protagonizarán la información y la actualidad de la ciudad.

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