La amenaza de lluvia imposibilitó que el Cristo de la Vela y Nuestra Señora del Silencio, de la Hermandad del Silencio, realizara el recorrido procesional desde la parroquia de Jesús Obrero hasta el centro de la ciudad.
Los devotos que se reunieron en la plaza de la parroquia contemplaron las imágenes y pudieron ver como los hermanos realizaron el ritual de sacar en andas y volver los pasos a depositarlos en el interior del templo. Un gran protocolo de coordinación, equilibrio y fuerza.
Fotografía. Pablo de la Peña.
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