Hacer un buen uso del coche puede resultar crucial a la hora de evitar que surjan averías en el vehículo. Junto a ello, también existen ciertos hábitos y prácticas que pueden ayudar a conservar en mejor estado las piezas del mismo, alargando su vida útil y ahorrando visitas al taller. Uno de estos trucos se conoce como la ‘regla del minuto’ y ayuda a prevenir averías en el turbo, una de las piezas más caras de reparar.
El turbo es uno de los elementos más importantes del vehículo, y cuya función consiste en proporcionar más combustible al motor mediante la compresión del aire. De la misma manera, también es una de las piezas más caras de reparar en caso de avería, y es que sustituirla puede costar más de 5.000€ en un taller.
Para mantener en mejor estado y alargar la vida útil del turbo, una de las técnicas que pueden ayudar a los conductores es la denominada ‘regla del minuto’. Se trata de una sencilla, a la vez que efectiva maniobra, que debe ponerse en práctica cada vez que se arranca el coche.
Esta ‘regla’ consiste en dejar al ralentí el vehículo durante 60 segundos después de arrancarlo y antes de iniciar la marcha. Gracias a ello se logra que el aceite llegue a todas las piezas a donde es necesario, como es el caso del turbo, además de dar tiempo a que este fluido alcance la temperatura óptima para su funcionamiento.
Asimismo, también debe dejarse el motor del coche al ralentí durante un minuto al finalizar el trayecto, especialmente si este ha sido largo. Esto se debe a que, en caso de parar el motor, el aceite deja de distribuirse repentinamente, pudiendo provocar que se queme y cause averías.