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“Salamanca es una plaza que nos gusta mucho a los cómicos”

Fernando Soto estará en ‘La comedia de los errores’ el viernes 12 y sábado 13 en el Liceo
El actor Fernando Soto

El actor Fernando Soto visita este fin de semana Salamanca. Acompañado de otros intérpretes como Pepón Nieto o Antonio Pagudo, deleitará al público con la obra La comedia de los errores, el viernes día 12 y el sábado día 13 en el Liceo. Con motivo de su vuelta, Soto recuerda sus anteriores veces en la cuidad, donde grabó una película y en la que ha actuado en varias ocasiones, casi todas en el Liceo, una “plaza” de la que guarda un grato recuerdo, al igual que le ocurre con el público charro.

Este fin de semana interpretan en Salamanca La comedia de los errores, ¿qué le espera a quienes vayan a ver la obra?

Una gamberrada muy divertida y un espectáculo con muchos contenidos. Lo primero, está Shakespeare, que no hay nada más que decir de él porque ya está todo dicho; luego, una dirección muy certera y vertiginosa del gran maestro Andrés Lima; y luego, una compañía de seis cómicos que nos dejamos la piel, hacemos 25 personajes… Es una de las comedias tempranas de Shakespeare, si no la primera, y bebe un poco este montaje de esas comedias isabelinas en las que eran todo hombres, y se ha querido hacer ese guiño, incluso haciendo personajes femeninos, duplicando o triplicando los personajes, etc.

Al final, lo que se pretendía hacer era una fiesta. Esa fue la intención primigenia, y al final ha quedado una gran fiesta teatral.

¿Es aún más necesaria la comedia en un momento como el actual?

La comedia siempre es necesaria. En realidad, la comedia parte de la tragedia, nos reímos de las desgracias de la vida, de esas tragedias. Entonces, no es para aliviar el sufrimiento, es para reflexionar acerca de la tragedia. La comedia nos pone en un lugar de menos responsabilidad, donde intelectualizamos menos y donde las cosas llegan más directas, y luego nos dejan poso.

¿Desde el punto de vista de alivio de la situación tan tremenda que estamos viviendo? En la historia siempre ha habido momentos tensísimos y situaciones muy difíciles, y la risa siempre es un vehículo para aliviar. Pero sobre todo es un vehículo para reflexionar, y hoy en día es muy necesaria la comedia para que el ser humano se dé cuenta de las grandes barbaridades que comete en su día a día.

¿Había estado anteriormente en Salamanca?

Sí, he estado muchas veces, haciendo teatro en el Liceo como actor y como director, también he estado rodando. Hicimos una película para TVE, Asesinato en la universidad, sobre la vida de Fray Luis de León, y fue un rodaje maravilloso en todo el patrimonio de la ciudad.

¿Qué recuerdo guarda del público charro?

Pues muy bueno, Salamanca es una plaza que nos gusta mucho a los cómicos. El Liceo es un teatro precioso y creo que tiene un público consolidado. A nivel cultural, Salamanca es una ciudad muy potente, y nuestras experiencias en el Liceo siempre han sido muy buenas y muy gratas.

¿Qué es lo que más le gusta de la ciudad?

Una de las cosas que más me gusta, a raíz de hacer la peli sobre Fray Luis de León y la Universidad, es que la ciudad conserva vivo y 100% ese ambiente y esa tradición universitarios, que ha evolucionado y ha cambiado, pero sigue siendo una ciudad universitaria. Eso me llama mucho la atención y me gusta, porque le da una vida a la ciudad, no por la fiesta, que siempre se identifica la universidad con la fiesta. Yo hablo a nivel conocimiento, es una ciudad llena de conocimiento y de saber, y eso se muestra a través de su vida universitaria y a través del patrimonio, que es maravilloso. Además, a raíz de grabar la película, descubrí sitios que no conocía y que son decorados naturales.

Fernando Soto, Pepón Nieto y Antonio Pagudo, en ‘La comedia de los errores’

Lleva más de tres décadas sobre los escenarios. Treinta años dan para mucho…

Vaya que si dan… (Risas)

Dan incluso para el cansancio, porque a veces uno está agotado. Pero como en todos los trabajos, hay que reactivarse y hay que reenamorarse cada día de lo que haces, porque a veces es intenso. Pero también dan para sentarse y decirse a uno mismo, ‘qué privilegiado soy por haber podido hacer de una de mis pasiones mi profesión’. Sobre todo, viendo cómo está este oficio actualmente, que es algo que me entristece y me pone de mal humor, el ver que hay tantos actores y actrices, y las pocas oportunidades que se generan muchas veces.

A mí en las tres décadas que llevo nadie me ha regalado nada, me lo he currado pico y pala. Es una profesión de hacer, hacer, hacer, y generar y crear. Y estoy muy contento de lo que he hecho, con la cabeza muy alta.

¿Cuál ha sido su proyecto más importante?

Aunque suene a tópico, lo son todos, porque cada proyecto o cada trabajo te enfrenta a ti mismo y te pone en un lugar de vértigo, de miedo, de inseguridad, de misterio, etc. que hay que superar y llevar a buen puerto.

También hay proyectos que es verdad que luego se quedan en la memoria, y yo he tenido la suerte de estar en alguno de ellos. Pero, en definitiva, todos te aportan algo. Esto es como ir llenando una mochila, cada vez que te pones delante del público es una experiencia nueva y un viaje.

También participó en La casa de papel, ¿qué supone formar parte de la serie española más vista de la historia?

Pues es un orgullo. La gente sigue parándote por la calle y hablándote de la serie. La casa de papel puso a la ficción española en el mundo, y eso es un orgullo y un privilegio, yo estoy muy contento. Hicimos un gran trabajo, me he llevado compañeros maravillosos, y estamos muy contentos de que todo el mundo nos felicite y haya compartido ese viaje que fue La casa de papel. A mí me ha dado alegrías.

¿Cambió de alguna manera su vida o su carrera?

No es que te cambie la vida, yo sigo teniendo mi vida. Soy más popular, eso sí, pero vivo tranquilo en ese sentido. (Risas)

Lo que sí, nos abre puertas fuera, porque ahora la ficción la ven en todo el mundo y, encima, si hay una serie que triunfa… A mí me abrió la posibilidad de ir a México a hacer una serie el año pasado y el anterior, y quieras que no, te pone en el mundo. Pero, la verdad es que cuando un proyecto funciona, como fue el caso de La casa de papel, yo solo puedo dar gracias.

En esa serie trabajó con el director salmantino de Béjar Jesús Gutiérrez, ¿cómo fue su experiencia con él?

¡Anda! No sabía que Jesús fuera de Béjar.

Jesús es un crack y un gran director. Es un tipo muy minucioso, muy trabajador. Es una de las almas mater de La casa de papel, y a mí es un director que me imponía, en el buen sentido. Tocaba con Jesús Colmenar y decías, ‘hoy va a ser intenso, hoy va a haber rock and roll’. Porque es un tipo que se lo toma muy en serio y tiene una gran intensidad en el buen sentido de la palabra a la hora de trabajar, y lo hace muy bien.

¿Ha trabajado con él en otros proyectos?

No. Yo conocí a Jesús en La casa de papel, y no he vuelto a trabajar con él. Pero me gustaría muchísimo, la verdad.

Para terminar, ¿por qué deberían acudir los salmantinos a ver su obra este viernes o sábado en el Liceo?

Lo primero, porque van a vivir una fiesta teatral. Shakespeare siempre es garantía de calidad, es un gran clásico y un gran autor. Pero también porque van a ver una comedia muy diferente, muy gamberra, muy divertida y que respira mucha comedia de toda la vida, con mucha farsa. Además, toda la música la ha remezclado Esteban Garrido, que es uno de los actores y pincha en directo, también bailamos, esos enredos, las equivocaciones que se lían cada vez más y al final es una locura. Se lo van a pasar muy bien, van a salir del teatro con otro ánimo

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