¿Te lo habrás pasado bomba con la boda de Martínez-Almeida? Me preguntó mi prima Manuela nada más vernos. Estuve muchos años en la prensa del corazón y a una revista de papel couché no hay nada que le guste más que un buen enlace.
Enlace, digo bien, lo del sábado en Madrid fue un bodorrio de lo más ñoño. RAE Dixit sobre ñoño: 1. Dicho de una cosa: Sosa, de poca sustancia. 2. Dicho de una persona sumamente apocada y de corto ingenio. 3. Caduco, chocho.
Las tres acepciones le viene como aniño a una novia a este casamiento, donde la diferencia de edad solo está en los DNIs de los contrayentes, porque viéndolos juntos parecen de la misma quinta.
No sé si junto a la invitación de boda, las invitadas recibieron una consigna de cómo debían lucir ese día. Lo desconozco, pero viendo el desfile de trajes trasnochados, caducos, con estampados añejos, complementos desfasados,… Compadezco a los responsables de la sección de los periódicos que hace la lista de las mejores y peores vestidas de un evento, debieron de mirar, remirar y volver a mirar para no decirle a su jefe que no podía sacar ni un solo conjunto decente.
Vale, la duquesa de Huéscar iba correcta. Cabe destacar a Fina Martín, la esposa de Mañueco, presidente de Castilla y León, que no solo acertó con el traje, también apostó por una diseñadora de su tierra, la salmantina Fely Campo, que conoce muy bien lo que la realza.
Capítulo aparte Esperanza Aguirre, que no se debió de mirar antes de salir a la calle y el estilista de la que fuera su becaria, la señorita Ayuso, por eso de que no está casada, habría que decirle que iban a la ceremonia nupcial no a la despedida de soltero de Almeida.
Y si hablamos de las mujeres de la familia del rey, Jaime de Maricharlar debe de haber puesto el grito en el cielo al ver a su hija Victoria Federica, nuestra real influencer, con una elección que le ponía 20 años encima y unos complementos timoratos.
Sabemos que desde que la influencia de Marichalar no está próxima al armario de la Infanta Elena, la hija mayor de los eméritos ya no ocupa puestos destacados en las listas de las mejores vestidas. Parecía que su hija iba tomar su testigo, pero al menos el sábado no, y el ex duque de Lugo no dejó su impronta en la elección a las nupcias del alcalde madrileño.
Lo más rancio de la boda fue el baile del desposorio del ya matrimonio. Fantástico que eligieran un chotis. Pero, aprendan a bailarlo, que no estamos hablando de la coreografía que se marcaron Jennifer López y Shakira en la Super Bowl. ¡Por Dios! Dicen los entendidos que el buen chotis se baila en un baldosín.
Aseguran los historiadores que las ciudades son un reflejo de los políticos que las han gobernado. ¡Pobre Madrid! Ha pasado de liderar la movida madrileña a comandar la jarana amilanada.
Volviendo a los estilismos que se marcaron las camadas de las familias más poderosas de la capital, iban vestidas por sus peores enemigas o enemigos. Las disfrazaron de señoras de y apenas han terminado el instituto.
De ellos no hablamos porque no podían ir más sosos. Ninguno llevaba un corte de pelo atrevido, salvo el sobrino belga del alcalde, que lució melena, ni un traje que no fuera el institucional. Por supuesto, nada de estridencias, lo más llamativo el chaleco dorado del novio.
3 comentarios en «Madrid se merecía otra boda»
Vuelta a los teletubbies!
********* los novios y el desfile de modelos no había por dónde cogerlos madre mía horribles
Me pareció una boda donde tanto los novios como los invitados la disfrutaron mucho, y me parece muy bien que no fuera una boda remilgada y super estirada. Los felicito.