Víctor Jara se quedó pequeña para acoger la presentación de dos libros de Charo Ruano, La Frontera y Calmar la Sed. Separados por tres décadas. Ambos de rabiosa actualidad, como dijo Paqui Noguerol, encargada de presentar a la poeta salmantina, Charo Ruano se adelantó a su tiempo al escribir sobre la migración, los migrantes y la sociedad que les da la espalda, sabiendo que los necesitas para que el estado siga levantando sus ‘trapas’ todos los días.
“Charo es un imprescindible en Salamanca”. Lo dijo Paqui Noguerol, pero lo sustentan las decenas de personas que aplaudieron, acompañaron y elogiaron la obra de Charo Ruano, que lleva más de 40 años y, aunque ya no teme que le falten temas para escribir, sí que tiene el vértigo de empezar un nuevo poemario, con La Frontera, publicado hace 30 años, ‘encontró’ que podía existir un hilo conductor en sus poemarios, porque como aseguró Paqui Noguerol, cada poemario es orgánico, lo que te permite ver una idea. “Se trata de una poética verdadera, con mucha ética y estética en su poesía”.
Así, casi a modo de romances, Charo Ruano va contándole al lector, si éste quiere, una historia que sobrecoge, porque no le sobra ni una sola de las palabras que están escritas en el poema. Charo Ruano huye de las florituras. Son poemas descarnados. La poesía de Ruano es incómoda, por eso es tan necesaria.
Noguerol contó que una de las palabras que más elige Charo Ruano en sus poemas es: calma. La poeta compartió con los asistentes que quizá la emplee, porque durante toda su vida, lo que más le han dicho es: “Ten calma y relájate. Lo escribo para creérmelo”.
La presentación de La Frontera y Calmar la sed fueron como es Charo, incisiva, divertida y generosa. Interpeló al público, entre ellos a Antonio Colinas, al que llamó Maestro. Y como es ella, sin miedo a ser sincera: “Uno no elige escribir poesía, nadie en su sano juicio escribe poesía”. Haciendo reír al respetable.
Como dice la leyenda de lo que escribió el New York Time sobre La Faraona…. No se pierdan la poesía de Charo Ruano, porque es como dar agua al sediento.