El profesor de Investigación de Mercados en la Universidad de Geisenheim (Alemania), Gergely Szolnoki ha participado en la segunda jornada del Duero Wine Fest 2024, que se celebra en Salamanca los días 15 y 16 de abril. En este evento, que busca posicionar al Duero como uno de los ríos vitivinícolas más importantes del mundo, ha hablado sobre las tendencias mundiales en el sector, revelando algunas de las claves para fomentar el turismo enológico y atraer clientes.
Tal y como explicaba Szolnoki, los visitantes de las zonas de enoturismo no solo buscan lo relacionado con el vino, sino también quieren entretenimiento, cultura, educación, naturaleza o relax. “Visitar una bodega puede aportar todo eso”, zanjaba, exponiendo que, junto a las propias catas de vino, desde estos lugares también se pueden ofrecer otro tipo de actividades, como visitas a los viñedos o degustaciones de productos de la zona. Sobre esto último, apuntaba que, “el enoturismo está unido a la gastronomía, y la gente quiere probar productos locales”.
Por otro lado, el experto ha dividido a los turistas que pueden acudir a las bodegas en varios grupos principales, revelando además algunos consejos para atraer a cada uno. Uno de los grupos es el de los ciclistas, que, “aunque puedan ser gente saludable e inicialmente no les interese el vino”, se puede lograr que visiten la bodega “si les ofreces otras cosas como rutas en bici”.
Otro grupo es el conformado por “los urbanitas”, de los cuales, “muchos no están interesados porque en la ciudad no hay bodegas”. Por ello, Szolnoki propone “ir a la ciudad a ofrecerles las bodegas”. Finalmente, el otro gran grupo al que se refería el experto es el de los turistas que viajan en caravana, que “generalmente no son enoturistas primarios, sino secundarios”. Si bien, para atraer a estos últimos, desde las bodegas se puede ofrecer aparcamientos para este tipo de vehículos, así como la posibilidad de que “se despierten entre viñedos”.
Finalmente, Szolnoki ha destacado la importancia tanto de la modernización como de la sostenibilidad. Respecto a lo primero, considera que, “utilizar la tecnología puede ser muy útil para incrementar el número de clientes”, por ejemplo, incluyendo vídeos en las catas o, incluso, “ofrecer coches sin conductor para que lleven a los clientes a la bodega” y puedan beber sin preocuparse. No obstante, para esto último, cree que “aún faltan unos diez años”.
Respecto a la sostenibilidad, el profesor asegura que “hay muchas posibilidades para el turismo enológico sostenible”, y es algo por lo que el sector debe apostar, recalcando que, “el futuro del enoturismo es parte de la sostenibilidad”. Pese a ello, lamenta que actualmente existen algunos inconvenientes, como la falta de financiación, infraestructuras, recursos humanos e información.