Los pueblos de Salamanca donde mejor se come

Viajes National Geographic destaca la gastronomías de ocho municipios, con mención especial al pan de Arapiles y a las patatas meneás como buque insignia de la gastronomía charra
patatas meneas
Unas patatas meneás.

Viajes National Geographic destaca en su último número la gastronomías de ocho municipios salmantinos y dedica un apartado especial al pan de Arapiles y a las patatas meneás como buque insignia de la gastronomía charra.

Seguramente cada uno echa a faltar uno o varios establecimientos de la provincia, pero como plataforma promociona, el articulo no deja mal parada a la gastronomía provincial.

Empieza por Ciudad Rodrigo, de donde no destaca ningún establecimiento, sino su producto estrella que es el gentilicio oficioso de los mirobrigenses. Una ciudad donde «no dejarse caer en la tentación de disfrutar de los clásicos huevos fritos con farinato es casi un pecado. Conocido como ‘el chorizo de los pobres’, este singular embutido se elabora exclusivamente con harina, manteca de cerdo y pimentón, sin incorporar carne, y servía para aprovechar los restos de la matanza. Bien frito, en un poco de aceite, y con unas rebanadas de pan es un manjar», asegura.

Mogarraz, «uno de sus pueblos más icónicos de la Sierra de Francia, «es una parada fundamental para disfrutar de las patatas meneás, pero también de una particular ensalada que junta huevo, jamón y naranjas o limones, dependiendo de la temporada». También recomienda la visita a Vinos La Zorra.

En Vega de Tirados destaca el restaurante Rivas –hoy regentado por la segunda generación– «que ha ido transformándose como restaurante familiar hasta consolidarse como una de las mejores propuestas no ya de Salamanca, sino de Castilla y León si hablamos de reversionar la cocina tradicional. Compás de cuchara y legumbre (garbanzo y callos aquí son ley) se suman en la propuesta que Ana Rosa Cuadrado ha ido modelando de la herencia de su suegra».

En La Alberca se encuentra, según la revista, » uno de los mejores restaurantes de la provincia de Salamanca: Las Bóvedas, dentro del hotel termal Abadía de los Templarios. Aquí el canon de la carne marca el tempo, como sucede con el cabrito de Las Hurdes o el tostón asado, además del casi imprescindible paso de las patatas meneás».

Aparte de la tradición chacinera de Candelario esta villa «es el sorprendente hogar de un restaurante que ha tenido la sana osadía de, en mitad de la Sierra de Francia, atreverse a cocinar con parrilla más allá de carnes. Rodaballos, besugos, salmonetes… Casi todo cabe en esta brasa singular donde, como es lógico, terneras charras e ibéricos también brillan en Casa Küme«, resalta.

Alba de Tormes se hace un hueco gracias a Como «destino gastronómico, «un lugar único: el restaurante Don Fadrique«, mientras que Béjar entra en el listado gracias a su calderillo, «receta pastoril donde las haya», que consiste en un estofado a base de ternera y patatas; y Villaseco de los Gamitos aparece con casa Conrado.

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