Todavía no hace un año, desde el Ayuntamiento de Salamanca, en concreto desde la Concejalía de Medio Ambiente, comandada por Miryam Rodríguez, se anunció a bombo y platillo ‘La isla de la biodiversidad’ del barrio de Capuchinos, que tuvo un coste 114.000 euros. A día de hoy, este espacio ‘verde’ está criando malvas.
Quizá por aquello que una imagen vale más que mil palabras, desde la asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio publican una fotografía del estado en el que se encuentra actualmente ‘La isla de la biodiversidad’ que, «esencialmente es dejar crecer la vegetación espontánea o silvestre pero poniéndole riego», publican en sus redes.
La puesta de largo de este ‘vergel’ se produjo por San Juan de Sahagún, Miryam Rodríguez presentó «la primera ‘Isla de biodiversidad’ de la ciudad incluida en el proyecto LIFE Vía de la Plata, dentro de la Estrategia de Infraestructura Verde, Savia, para hacer de Salamanca una ciudad aún más saludable y con una mayor calidad de vida». Así se puede leer en la información facilitada por el Ayuntamiento.
Con un presupuesto de base de licitación de 140.838,85 euros y un plazo de ejecución de dos meses, esta actuación contemplaba la recuperación natural de 7.677 metros cuadrados entre las calles Hermanas Fidalgo Morales, González Bustillo y Babia, junto al Instituto de Educación Secundaria (IES) Federico García Bernalt. Actualmente, está recuperada pero por la flora que crece a su libre albedrío.
De lo ves en internet a lo que hay en la actualidad
La descripción que hacían desde el folleto municipal era que estas islas de biodiversidad son espacios naturalizados constituidos por especies autóctonas para facilitar el incremento de la biodiversidad y su conectividad, con el fin de estructurar, fortalecer y estabilizar la infraestructura verde de una localidad. Así, aparte de dar funcionalidad a solares sin uso, bien como hábitat temporal, bien como hábitat permanente, adaptan los jardines y espacios verdes a un modelo ajustado a la realidad meteorológica actual y climática a medio plazo. “Es como un museo vegetal, un nuevo concepto de jardín, el parque del futuro. No es el típico parque al uso, sino más bien una isla ecológica con una serie de singularidades”, puntualizaba Miryam Rodríguez hace casi un año.
La importancia de estos laboratorios naturales de biodiversidad radica en que funcionan como indicadores de la calidad ambiental al constituirse con especies clave en función de los parámetros sobre los que se desee realizar un seguimiento continuado. Al mismo tiempo, contribuyen de manera eficaz a disminuir el efecto de ‘isla de calor’ en entornos urbanos.
Como explicó la concejala de Medio Ambiente, el objetivo principal de esta actuación es integrar la mejora de la biodiversidad urbana a través de la recuperación y conservación de los servicios de los ecosistemas, cohesionando barrios mediante la infraestructura verde. Para ello, se introducirá nueva vegetación, se pavimentará mediante suelos permeables y se creará una balsa de agua estacional en el punto más bajo, donde antiguamente había presencia de agua, lo que permitirá un incremento en los acuíferos naturales.
Lo que había en la isla
El proyecto incluía la plantación de 118 árboles y 1.736 ejemplares de arbustivas de 13 especies autóctonas y de bajos recursos hídricos, adaptadas al clima de la ciudad y con múltiples beneficios para la salud urbana. En concreto, se plantarán árboles como aligustre, aliso, almendro, almez, castaño, ciruelo, durillo, higuera, membrillo, roble y serbal; y arbustos como brecina, cantueso, endrino, escaramujo, siempreviva, jara, lavanda, majuelo, olivilla, romero postrero, salvia, salvia granadina y vid.
También se iba a proceder a la recuperación de pozos urbanos y a la creación de espacios que sirvan de refugio a la fauna tanto en elementos naturales (vegetación y suelo, muretes secos) como en apoyo (comederos, nidos, etcétera).
Por petición ciudadana, de los vecinos de los barrios Blanco y Pizarrales, se mejoraría la vegetación en de 3.486 metros cuadrados entre las calles González Bustillo y Félix de Montemar, junto al depósito de aguas de Los Cañones, donde se plantarán 148 árboles (almendros y membrillos) y 33 arbustos (endrino, escaramujo y majuelo).
Para dar a conocer todos estos beneficios para los ciudadanos, se instalará una señalética como la empleada en otros tramos del proyecto LIFE Vía de la Plata y en los itinerarios medioambientales y culturales de la EDUSI TORMES+, con accesibilidad cognitiva y sensorial, de manera que se mantiene la uniformidad informativa.
4 comentarios en «La ‘isla de biodiversidad’ de Capuchinos cría malvas»
Si estuviera en el centro esto no pasaría, estando en barrios a las afueras esto es lo q se puede ver. No sólo es ahí , tenemos muchos parques con ese tipo de arbustos. Pero hay q poner bonito el centro q debe ser los únicos q pagan impuestos , por lo q se ve .
Tonterías, palabrería hueca y sin contenido como de costumbre.
Se gastan los dineros de los demás (claro), fotito y ya lo cuidara otro, pero queda muy bien. Que terrible
Precisamente eso es una isla de biodiversidad, con el tiempo irá aumentando la biodiversidad (más especies distintas de flora y más fauna).
Podría cuidarse un poco, es cierto, el problema es que no sabrán cómo.