Coque Malla se moja por la Democracia

Coque Malla, actor y cantante, que lideró durante muchos años a Los Ronaldo y tiene una cimentada carrera en solitario, se moja por la Democracia y publica en su cuenta de X (antes Twittter) una carta donde expresa la sorpresa al leer los comentarios recibidos por lo que escribió: ‘Bravo’, acompañado de una fotografía en blanco y negro de Pedro Sánchez.

«Esta es la cara que se os pone a los que os cogéis semejante rabieta virulenta, infantil y absolutamente delirante, con un tipo al que no conocéis de nada (yo), por celebrar unas palabras de otro tipo al que tampoco conocéis de nada (Sánchez), que hablan simplemente de intentar recuperar el tono civilizado en el parlamento y la vida política.

Obviamente, no hablo de estar o no de acuerdo con Sánchez, con el PSOE, y mucho menos conmigo por valorar lo que dijo: hablo de civismo, educación, equilibrio y debate. Frases como: «¡me has decepcionado, Coque!», «¡Qué vergüenza, rompo las entradas para tu concierto!», o «¡dejo de seguirte!» (por no hablar de los insultos, de los que no merece la pena hablar) suenan tan ridículas en boca de personas supuestamente adultas, con una mínima cultura y educación, y que viven en una democracia, que cuesta trabajo creerlas en primer lugar y digerirlas después.

No soy muy fan de Sánchez, ni del PSOE… pero tampoco de PODEMOS, IU, PP, VOX, CIUDADANOS… no soy fan de nada que tenga que ver con algo tan aburrido, gris y falto de auténtica emoción como es la política y los políticos. Yo en realidad, fan de verdad, soy de Millán Salcedo y de Groucho Marx.

Voto a partidos de izquierda cada cuatro años sin mucha ilusión y luego me olvido y me apasiono con otras cosas como la música, la comida, el amor, el sexo, el humor, el cine,  o los amigos y las amigas. Por eso me sorprende hasta la incredulidad la pasión y la virulencia de tanta gente profundamente ofendida por lo que escribí ayer sobre un político.

Pero me pareció reconfortante y esperanzador (muy levemente esperanzador, pero esperanzador al fin y al cabo) que un presidente llame seriamente la atención y al mismo tiempo lo haga de forma educada y perfectamente correcta, sobre la absoluta y aberrante pérdida de ética, deportividad, elegancia y juego limpio en el escenario parlamentario y periodístico.

¡Ah, y masturbación! ¡Siempre la masturbación! Me voy a tocar con mi banda para olvidarme un rato del ruido tan molesto y tóxico que hace la gente enfadada.

Son pocos, sí, pero es que gritan tanto y es tan feo lo que dicen… Chao. Coque».