Opinión

Acoso escolar, en el punto de mira

Permítanme hablar de educación, de sanidad, pero sobre todo de derechos humanos.

La punta del iceberg es solo lo que vemos en el acoso escolar, lo que hay debajo, a los lados y los alrededores nunca lo veremos ¿Saben por qué? Porque esta sociedad en ocasiones vive alejada de todo lo que cause dolor, hasta que les toca a ellos.

Permanecemos ciegos, sordos y mudos ante un maltrato que es silencioso, silenciado que vive y se alimenta de la indiferencia de parte de la sociedad.

No hay empatía, se vulneran derechos y las cosas de críos, nunca estarán de moda.

Se ponen tiritas en el acoso escolar, ante la pasividad de quienes tienen que proteger y volvemos a ver niños, niñas y adolescentes tirándose en marcha del carrusel de la vida porque sobrevivir ya les asfixia demasiado.

Hablamos de realidades, no hablamos de fantasía, aquí no hay magia que haga que el dolor desaparezca cuando se cierran los ojos.

Cuando se cierran los ojos, posiblemente vuelvan las pesadillas, los miedos, el silencio y la oscuridad en la que viven inmersos demasiados niños, niñas y adolescentes de todo el mundo.

Eso y más es el acoso escolar, silencio y silenciados, obligados a esconderse, a buscar la supervivencia en un mundo cruel, oscuro del que no saben o no pueden salir y a convivir con la indefensión aprendida que los acompañará a muchos de ellos toda su vida.

En el Dia Internacional del Acoso escolar poco cambia, pero no se debe bajar la cabeza, ni esconderla como si de avestruces se tratara, al contrario, debemos buscar soluciones, tenemos la obligación de proteger y no permitir infancias rotas, ni adolescencias que no son vividas porque el fantasma que ronda las aulas y que lleva por nombre acoso escolar, se pasea impugne por ellas mientras busca a quien maltratar, haciendo que todos y cada uno de los días sea una verdadera tortura para quien encuentra.

Fallamos como sociedad, es más que evidente, pero siempre quedara la lucha de quienes tienen la certeza de que llegar no ha sido fácil, sobrevivir tampoco, pero rendirse no se contempla por muchas puertas que permanezcan cerradas porque siempre habrá ventanas para seguir respirando.

Hoy más que nunca, mi cariño a quienes sufren, ha sufrido, a quienes no están, pero su voz sigue presente y a quienes luchan por acabar con el acoso escolar de una manera transparente y ética.

Seguimos luchando por un mundo mejor, no nos lo pongan más difícil.

Asociación Salmantina Contra el Bullying y el Ciberbullying

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