La Reserva Federal (la autoridad monetaria estadounidense) pasa por ser la institución que cuenta con mayor información (pública y restringida) sobre la evolución de su economía.
Aun así, ha cometido y sigue cometiendo errores de predicción garrafales y hasta catastróficos: su incapacidad para anticipar la tendencia de la inflación ha sido (y continúa siendo) vergonzosa, obligando a la Fed a llevar a cabo cambios agresivos en la ejecución de su política monetaria.
Esto mismo podría decirse también del Banco Central Europeo y del resto de bancos centrales, habiéndose convertido todos ellos en un factor de incertidumbre adicional (y muy importante) para los mercados.
En este viaje, nos encontramos ahora con una tasa de inflación en Estados Unidos en el 3.5%, y en el 3.8% la inflación subyacente (de carácter más estructural); en ambos casos todavía lejos del objetivo oficial del 2%.
Esta próxima semana (el miércoles 15) se dará a conocer el dato de inflación de la economía estadounidense, correspondiente al mes de abril. El mercado y la propia Reserva Federal estarán muy atentos a cualquier señal que permita confiar en que la inflación retomará la tendencia a la baja tras varios meses de estancamiento en torno a los niveles actuales. Sin esa señal, la Reserva Federal no podrá justificar las bajadas de tipos que viene anticipando (equivocadamente) desde hace meses.
Estos nuevos datos llegarán a los mercados en un momento en que están tratando de recuperar lo cedido desde finales de marzo, con algunas dinámicas contradictorias (los mercados de renta fija se muestran claramente más prudentes y pesimistas que las bolsas), y sin que pueda constatarse aún un control inequívoco de la dinámica de mercado ni por parte del dinero (compradores) ni por parte del papel (vendedores).
En este sentido, parece que los mercados van a jugársela a cara cruz este próximo miércoles.
El mercado financiero puede llegar a ser un sistema muy peligroso cuando se entra en él si un plan bien definido de principio a fin y sin un exhaustivo control del riesgo. Nuestro objetivo último es solo tomar posiciones que presentan a priori un nivel de riesgo razonable, una rentabilidad potencial atractiva y, muy importante también, una probabilidad de éxito claramente sesgada a nuestro favor.
Jugársela a cara cruz en los mercados no es una buena estrategia. En realidad, no es una estrategia; que se lo pregunten a los casinos, que a la postre siempre ganan, ¿verdad?…
Félix González, socio director general de Capitalia Familiar EAFN
@Capitalia-EAFI