El tabaco y el sexo

Este no es un blog de autoayuda al uso. Son, por encima de otras cosas, las reflexiones de una fumadora y de un médico

Este no es un blog de autoayuda al uso. Tampoco es un texto de consejos médicos. Ni siquiera es una conversación entre médico y paciente. Son, por encima de otras cosas, las reflexiones personales de una fumadora impenitente de cigarrillos, Lira Félix Baz, y de un médico, Miguel Barrueco, quien fue jefe de la Unidad de Tabaquismo del hospital Clínico de Salamanca.

Siempre hay un momento en el que un fumador quiere dejar el tabaco. Aprovéchalo, porque es como los trenes… (40º Post)

Pensando en la porquería acumulada recordé que el primer día me enseñaron un bote con la cantidad de alquitrán que se acumula durante un año en los pulmones y me quedé asustada. ¡Dios mío, si había alquitrán para asfaltar el  balcón de mi casa!

– Miguel, otros asuntos, aunque estos son más livianos o más mundanos- sonreí-

– Dime.

– Mi piel está estupenda…

– (Risas) Ya te lo dije. Al desaparecer la nicotina del organismo los vasos se dilatan y llevan más sangre a la piel con más nutrientes y también con más oxígeno. La piel rejuvenece. Mira, si las mujeres y también los hombres fueran conscientes de ello sería una cuestión suficiente para tomar la decisión de dejar los cigarrillos. Pero, nosotros los médicos hemos hablado mucho de cáncer, de enfermedades pulmonares, de anginas de pecho…, patologías que sobre todo a la gente joven les son muy ajenas y las ven a muchos años vista, pero el envejecimiento de la piel, es algo que ellos lo perciben todos los días al mirarse al espejo, y creo que sería conveniente cambiar la estrategia para convencer a los jóvenes de abandonar el tabaco.

– Hay una expresión con relación al cigarro, Miguel, que es muy particular…

– ¿Cuál?

– ¿Qué pasa con el cigarro de después?

– Que es tan malo como todos los demás.

– De acuerdo, ¿qué influencia tiene el tabaco en las relaciones sexuales?

– Pues quizá sea donde menos influye, pero sí que tiene su importancia.

– Explícate.

– Creo que habría que abordarlo desde la perspectiva de la estética: a un fumador le huele mal la boca, que es muy desagradable sobre todo si tú fumas y tu pareja no. Por otro lado, lo que comentabas antes del cigarrillo de después de acostarse, lo que hace en realidad, más que unir es separar, porque cuando un fumador se pone a fumar acorta el tiempo de seguir abrazados y acariciándose, ya que supone poner una separación en la pareja. El cigarrillo es como la excusa para darse la vuelta y mirar para el otro lado.

– Puede ser. Pero, ¿por qué crees que está tan mitificado este cigarrillo? – señalé.

– Debido a la publicidad. Por ejemplo. Camel siempre hacía anuncios con lemas referidos a ‘no hay nada como un cigarrillo para romper el hielo, nunca olvidarás tu último camel’. Y también el cine. Dame un minuto para que piense en una película en la que los protagonistas después de hacer el amor fumen un cigarro. Sí, ‘Gracias por fumar’, cuando el productor de cine comenta un polvo galáctico, justo cuando están en plena campaña publicitaria para el lanzamiento de un nuevo cigarro.

– En cuanto al tema de la fertilidad, ¿un no fumador es más fértil que un fumador o tampoco influye el tabaco en este sentido?

– Sí, aquí sí. Es más, los fumadores tienen un riesgo alto de sufrir impotencia. Te digo más, suele ser uno de los motivos por los que los hombres de mediana edad vienen a la consulta.

– En el caso de las mujeres, ¿tienen más dificultades para quedarse embarazadas?

– Sí. Las fumadoras tienen menor índice de fertilidad debido a que zonas como el útero reciben menos flujo sanguíneo por la vasoconstricción que produce el tabaco. Además de la toxicidad de las sustancias que conlleva el humo del tabaco supone un aumento de las posibilidades de aborto y también que los hijos de mujeres fumadoras tienen menos peso al nacer y más posibilidades de muerte súbita del lactante en el periodo neonatal. Durante la infancia, estos niños son más propensos a padecer infecciones o asma.

Pensativa por todo lo escuchado, me despedí de Miguel hasta dentro de mes y medio, pero me marché con una sensación agridulce.

Caminando por la calle iba pensando que debería estar contenta. Los resultados no podían ser mejores, pero, (siempre hay un pero), por otra parte me invadió la sensación de una posible recaída, tan presente en los últimos días, y me encontré pensando en el cigarrillo como un ciprés, que no deja crecer nada bajo él. La sombra del cigarrillo, como la del ciprés, también era alargada, que titularía Miguel Delibes.

Necesitaba recomponerme y comenzar a creer más en mí.

Continuará…

Este blog está protegido por los derechos de autor. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este texto. (SA-79-12)

1 comentario en «El tabaco y el sexo»

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