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Opinión

Querido abuelo Ramón

Elizabeth Martín Haro, en el centro de la imagen.

Me siento triste porque ni mi madre, ni mi abuela hayan podido vivir estar allí con todos, pero estoy feliz y sé que están orgullosas de haber terminado lo que ellas comenzaron. La búsqueda de un ser inocente y muy querido: mi abuelo, Ramón Haro.

Como cada año, las familias que tuvimos presos en el Fuerte de San Cristóbal, antes Fuerte de Alfonso XIII, queremos entrar dentro, pero no nos dejan los militares. Eso no impide que en mayo homenajeamos a todos los presos. Este año, es especial porque el 22 mayo de 1937 hubo una fuga la GR 225. Ese día que era domingo, por eso el homenaje se hace en domingo, un grupo de presos liderados por Leopoldo Pico, se hicieron con las llaves del fuerte desarmaron a los centinelas y salieron. No mataron a nadie. Hubo un herido por un accidente. Abrieron las puertas y salieron al monte Ezkaba. Algunos volvieron otros no salieron.

En esta huida, un grupo de 795 presos que salieron en busca de la libertad, pues dentro los estaban matando de hambre, solo alcanzaron Francia tres, 585 fueron capturados y algunos fueron asesinados en el intento, entre ellos tú, abuelo.

Mis sentimientos están muy enfrentados. Por una parte, me siento la persona más orgullosa del mundo por ser descendientes de uno de los hombres valientes que lucharon y huyeron por nuestra libertad. Por otra, ver este sitio con esos subterráneos tan oscuros, tan húmedos y pensar las penurias que pasaste ahí, me mata el alma solo puedo emocionarme y llorar. También tengo rabia por saber que los mataron por pensar.

Pero quiero seguir en esta lucha de encontrarlos, ponerles nombre y devolverlos a su lugar de origen. Nosotros tuvimos suerte, ya estás junto a la abuela, la mujer que dejaste con 27 años, embarazada de tu segundo hijo, al que no llegaste a conocer.

Familiares de los presos del Fuerte de San Cristóbal.

No estoy sola, porque muchos de los que nos acercamos cada año al monte Ezkaba me animan a seguir escribiendo y mostrando mis sentimientos, porque les encanta la idea de ponerle voz. Somos una gran familia que luchamos por lo mismo. Los quiero a rabiar. Quizá eso es lo único bueno que hemos sacado de lo que sucedió hace 90 años, que hemos encontrado una familia que siente y sabe lo que sufrimos los familiares que perdimos a un ser querido en la Guerra Civil a manos de los franquistas.

Un año más, hemos dejado mensajes en la botella. Cementerio de botellas con mensajes dentro y las cambiamos. Compartimos. También nos reparten claveles rojos, que colocamos junto al centro con los colores de la bandera de la República.

Aquí, donde dejaste la vida, no solo he venido yo, también tus biznietas. Lo han vivido con la misma intensidad que nosotros, porque les hablamos de ti. Le vamos pasando el testigo a las otras generaciones para que reivindiquen que os mataron solo por pensar diferentes.

Por. Elizabeth Martín Haro.

2 comentarios en «Querido abuelo Ramón»

  1. Mientras tengamos memoria y la transmitamos a las generaciones venideras,no podrán acabar con nosotros como algunos quieren,como siempre gracias a todos los camaradas,????

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