El avance de los sublinajes de ómicron y la pérdida de protección híbrida están provocando una ola de contagios de coronavirus en las últimas semanas. Así lo muestran los últimos datos del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda del Instituto de Salud Carlos III, del que se desprende que las hospitalizaciones por covid se han cuadruplicado en dos semanas.
Este informe muestra el aumento en los indicadores de la covid y, teniendo en cuenta que actualmente el rastreo de la enfermedad se centra en los mayores de 60 años, indica que la incidencia del conjunto de enfermedades respiratorias ha pasado de los 400 a los 477 casos por cada 100.000 habitantes a nivel nacional.
En el caso de Castilla y León, según datos de la Red Centinela, ha pasado de los 507 casos por cada 100.000 habitantes en la última semana de abril, a los 556 según el último informe (semana del 6 al 12 de mayo). Por su parte, la provincia de Salamanca es la segunda con menor tasa de incidencia acumulada (0,87), únicamente superada por Zamora (0,00), mientras que la media autonómica es de 4,78.
La explosión en los contagios se debe en buena medida a la subvariante de ómicron A.2.86, también conocida como pirola, y que ya causó una mayor incidencia el pasado mes de diciembre. Además, pasó de ser catalogada por la OMS como “variante bajo vigilancia” a “variante de interés”. Si bien, la mayor parte de las infecciones están producidas por una mutación de la propia pirola (BA.2.86), responsable del 57,71% de los contagios.
En cuanto a los síntomas causados tanto por pirola como por BA.2.86, son similares a los de otras variantes del coronavirus. Entre ellos destacan la fiebre, los escalofríos, la fatiga, los dolores musculares o corporales, el dolor de garganta, las náuseas y/o vómitos o la diarrea.
Por otro lado, los expertos también han señalado que el aumento de la incidencia también puede estar debido al avance de otros sublinajes, como el recién llegado de Estados Unidos KP.2, una variante de ómicron conocida como flirt. Junto a ello también influiría la pérdida de protección híbrida, que aportan la vacuna y las infecciones previas.