La arquitecta Laura Ortín ha revelado algunos de los elementos constructivos que hay en muchas de las viviendas actuales y que podrían revalorizar los inmuebles de cara a futuro. Además, muchos de ellos pueden pasar inadvertidos e, incluso, generan un gran rechazo entre la población.
Las viviendas construidas en los años 70 y 80 del pasado siglo pueden resultar difíciles de reformar. Esto se debe, tal y como explica Ortín a Idealista, por “su distribución y porque además tienen materiales que han sido poco valorados con el paso del tiempo”. Es en esto último en lo que centra su atención la experta, y es que, según defiende, se trata de unas características que pueden revalorizar el inmueble con el paso de los años.
El primero de ellos es el gotelé, un elemento decorativo muy popular en aquellos años y actualmente muy denostado. “El problema no está en el gotelé, sino en los espacios que, a menudo, en las casas de los 70 y 80, estaba muy compartimentado: habitaciones pequeñas, pasillos largos y oscuros. Hay gente que me pide hacer una reforma y quita el gotelé, pero sigue dejando los mismos espacios”.
Sobre ello, Ortín asegura que, “el gotelé puede quedar estupendamente en una casa con más luz, habitaciones más amplias. Imagina una pared curva o techo alto con esa textura. Una opción nueva es por ejemplo utilizar yeso proyectado, en el techo mientras está fresco quedará una textura que regula la temperatura y es fonoabsorbente, una solución ganadora”.
Otro de los aspectos en los que se centra la arquitecta son los muros de ladrillo visto que, en muchos de los casos, se cubren con papel que lo imita o se tiran. Ortín se muestra rotundamente contraria a ello, aconsejando dejar esas paredes, ya que el ladrillo visto resulta muy fresco para el verano gracias a su gran porosidad, que lo hace transpirable.
Los suelos de terrazo, mármol o granito también adquieren una gran importancia para la experta, quien recomienda, “no solo” mantenerlo en caso de hacer obras, sino “usarlo de nuevo para una reforma”. “La piedra natural es uno de mis recursos materiales favoritos. La irregularidad de colores, frescura, dureza… son todo ventajas. Sobre el terrazo hay que decir que no cualquier color o tamaño de grano es válido para cualquier espacio. Hay que saber escoger el tono adecuado dependiendo de dónde estés. La orientación, el tamaño del espacio, el leit motiv del proyecto, etc. La cuestión no es terrazo sí o no, la cuestión es cuál y cómo”, zanja.
Las últimas dos cuestiones son la altura y las puertas de Sapelly. Respecto a lo primero, Ortín insiste en que cuanta mayor altura, mayor confort. “Propongo evitar trasdosar el techo en la mayor parte de la vivienda, iluminar por apliques y dejar ese techo con la textura original”, dejando en la vivienda “toda la altura posible”. En cuanto a las puertas, “ese color oscuro, con o sin decoración, incluso con los picaportes dorados, pueden quedar fenomenal en un nuevo espacio”, concluye.
