Anduvimos por Compostela y ya se habla de ello. «Las Edades del Hombre» arribarán a Galicia y la colosal iglesia de San Martín Pinario está cerrada a cal y canto, con los arquitectos y operarios trabajando a marchas forzadas para llegar, con todo a punto, al 12 de junio e inaugurar la magna exposición con el debido boato. Como es bien sabido, la buena sintonía entre Alfonsos, Mañueco y Rueda, ha sido capital para convencer a la Fundación sobre la conveniencia de salir de la comunidad. Será la cuarta vez. A Santiago, que comparte sede con Villafranca del Bierzo, le precedieron Amberes, Nueva York y Plasencia, que también la acogieron.
Regresamos a Salamanca y nos presentan las seis piezas que enviamos. Alguna tan notable como la imagen de Jesús recogiendo sus vestiduras, de Carmona. Otras son menos conocidas, aunque también de calidad, como Santa Bárbara, de Mitata, y la Virgen abridera, ambas de la catedral. Amén de la pintura con la Resurrección de Lázaro, de San Julián, y dos joyas bibliográficas de la Universidad y los Paules. La selección es más que digna.
Las Edades resultaron en su momento un golpe de autoestima para esta tierra tan acomplejada y olvidada. Fue una exhibición de poderío cultural pues, no en vano, Castilla y León es la región del mundo con más bienes considerados Patrimonio de la Humanidad. Este dato no refleja, empero, el ingente número de iglesias rurales con sus correspondientes obras de arte mueble. Solo Castilla y León puede asumir ir llenando una exposición tras otra con obras novedosas, muchas de ellas desconocidas, restauradas y puestas en valor por los organizadores. Las once diócesis, la Junta de Castilla y León y, al principio, la Caja de Ahorros de Salamanca, presidida por José María Vargas Zúñiga, hicieron posible que la iniciativa de José Velicia cuajase y haya sido capaz, desde 1988, de sacar adelante veintisiete exposiciones magnas, nutridas en su mayor parte con arte religioso. ¿Alguna otra comunidad podría permitírselo? A pesar de los signos de agotamiento que en alguna edición se hayan detectado, al final, el proceso sigue y se renueva y se abren nuevas vías para continuar con la empresa.
Contrasta, sin embargo, que este ingente patrimonio no se corresponda con el número de Bienes declarados de Interés Cultural (BIC). Con nueve provincias, la mayor superficie y más de la cuarta parte de los municipios de España, Castilla y León, en números absolutos, ocupa el cuarto lugar en el registro BIC. Los porcentajes son considerablemente peores. Esto indica que, pese a todo lo que tenemos, nuestras autoridades no priorizan el patrimonio cultural. Eso sí, en la lista roja de bienes en peligro de desaparición, Castilla y León es líder incontestable y concentra un tercio de los mil cuatrocientos que actualmente la integran. Unos datos, a vuela pluma, que nos mueven a la reflexión.
Y sin embargo, el hecho de que Las Edades sigan mostrando el inagotable patrimonio de Castilla y León es para estar contentos. La historia continúa y, dentro dos semanas, Santiago de Compostela y Villafranca del Bierzo mostrarán con orgullo una selección del arte de esta tierra que, no lo olvidemos, fue creado con la finalidad de transmitir al ser humano un mensaje de esperanza. Sin él, estas exposiciones perderían su razón de ser.