Sara Carbonero ha levantado por un día el férreo muro de su vida privada y todo porque se lo ha pedido su hijo pequeño, Lucas, que acaba de cumplir 8 años.
La periodista e influencer ha compartido con sus millones de seguidores la petición que le hizo su hijo Lucas. «Mamá, este año felicítame con fotos de cuando era pequeño, por favor», escribía Sara Carbonero.
Extrañada le preguntó: ¿Por qué, cariño? Si es maravilloso ver cómo has crecido y el niño en el que te has convertido.
– Ya, es que era taaaaan feliz. Ahora también, ¿eh?
Pero bueno, es que así me ayuda a recordar de dónde vengo para saber a dónde voy.
Dicho y hecho. Sara Carbonero publica una galería de imágenes y vídeos del pequeño y de su evolución física a lo largo de estos años. Sobre cómo es la personalidad del niño, la orgullosa madre, le escribe una carta.
«Hoy es tu día, el día que llevas esperando exactamente los otros 364. El día que vives con más ilusión de todos.
Desde que naciste supimos que ibas a ser una revolución vital en casa, que buscarías tu hueco y tu manera de decir, “estoy aquí” y soy diferente y único.
Lo que no intuíamos era el nivel de aprendizaje que viviríamos contigo cada día.
Tu rebeldía, sentido del humor, tus ocurrencias, tu curiosidad sin límites, tus ojos siempre bien abiertos al mundo, tu sonrisa inigualable..
Consigues meterte a la gente en el bolsillo sin pretenderlo. Vas dejando huella allá por donde pasas. Nuestra rock star, el más bailongo y descarado, el que no se conforma ni sigue patrones. El más disfrutón pero también el más responsable, el colibrí, el alma libre. La sinceridad sin límites ni filtros.
Y bajo todo esto tan evidente, tu sensibilidad, tus ganas de que todo el mundo esté feliz a tu alrededor. Todo lo que sabes, todo lo que callas.
Lucas, hoy me toca darte las gracias por salvarnos tantas veces con tus carcajadas y ocurrencias . Por pintarnos un horizonte lleno de luz y esperanza.
Por hacernos la vida fácil , por haberte adaptado a tantos cambios. Por las veces que has ido a un ritmo que no era el tuyo sin rechistar, por tus “no pasa nada”.
Sara Carbonero concluye la carta deseándole al niño que disfrute como él sabe, «pequeño maestro. Te queremos tan fuerte que nos explota el corazón. No cambies nunca, por favor. Eres necesario.
“Hay tantos con quien estar pero no con quien ser”.
Me encanta cuando cantas esta frase del tema “Ojalá”, de Beret a todo volumen. Ya lo has comprendido todo.
Contigo somos mejores. Felices ocho (ya sabes, infinito tumbado, lo que te queremos y hacia donde vamos).
Pásalo bien, manojito de alegría. Y nunca dejes de volar. Te amo. Mamá.
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