Un grupo de científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) han elaborado un tejido ultrafino de seda que logra contrarrestar los sonidos y las vibraciones mediante corrientes eléctricas. Para ello, el invento emite unas ondas sonoras que bloquean el ruido y las vibraciones con una elevada tasa de efectividad. Esta tecnología es similar a la que emplean los auriculares de cancelación de sonido.
La clave de este invento es la fibra piezoeléctrica que los investigadores han incluido en la tela en una sola pieza de 0,13mm. Los materiales piezoeléctricos cuentan con la capacidad de deformarse al ser sometidos a una corriente eléctrica. De esta manera, las ondas sonoras de este tejido se desfasan con respecto a las del sonido que se busca anular, lo que da lugar a su bloqueo.
Este invento logra vibrar y generar ondas sonoras que interfieren con el ruido para anularlo. Asimismo, también mantiene quieta la tela para suprimir las vibraciones que resultan claves en la transmisión del sonido, impidiendo su transmisión a través del tejido y reduciendo su volumen. Durante los ensayos, los expertos consiguieron una reducción de las vibraciones de hasta el 95%, lo que dio lugar a una disminución del 75% del sonido transmitido.
“El ruido es mucho más fácil de crear que el silencio. De hecho, para mantener el ruido fuera dedicamos mucho espacio a paredes gruesas. El nuevo trabajo proporciona un nuevo mecanismo para crear espacios silenciosos con una fina capa de tela”, ha explicado el coautor del estudio Yoel Fink.
Por otro lado, aunque los científicos reconocen que también se pueden emplear otros tejidos como la lona o la muselina, la seda aporta cuenta con unos poros de menor tamaño, lo que la convierte en un mejor aislante para el ruido.
Ahora, el siguiente paso que se han fijado los investigadores pasa por comprobar la eficacia de su tejido para bloquear el sonido de múltiples frecuencias. “Hay muchas cosas que podemos hacer para que este tejido insonorizante sea realmente eficaz”, reconoce la autora principal del estudio, Grade Yang, asegurando que, “esto es solo el principio”.