El agua acumulada en los oídos puede causar dolor en caso de permanecer ahí durante varios días. Para evitarlo, existen diferentes técnicas y remedios que permiten bien sacar el agua, o bien lograr que esta no llegue a entrar.
No es extraño que tras una ducha o un baño en la piscina o el mar, aparezca la sensación de tener agua dentro de los oídos. Esto se puede producir tanto por tener un canal auditivo estrecho, como por un exceso de cera que atasca el agua. Pese a que esto puede no generar problemas mayores, en caso de prolongarse durante varios días, acabará generando dolor.
Una de las formas de evitar este problema es controlar el exceso de cera en los oídos. Para ello, existen en el mercado diferentes productos, como espráis que eliminan el exceso de cerumen y previenen su acumulación en los oídos. Otra de las soluciones pasa por evitar que el agua entre en el canal auditivo, para lo que resultan muy efectivos los tapones de silicona o las diademas de natación.
Teniendo todo ello en cuenta, también existen diferentes técnicas para eliminar el agua de los oídos de forma sencilla y sin dolor. Algunas de ellas son las siguientes:
- Secar los oídos con una toalla después de la ducha o el baño.
- Inclinar la cabeza, creando un pequeño vacío con la palma de la mano, y después colocar la cabeza hacia atrás.
- Aplicar calor sobre el oído -a una distancia prudencial- con el secador con la mínima potencia, logrando que el agua se evapore.
- Tumbarse del lado del oído con agua y dejar que la propia gravedad actúe.
- Mover la mandíbula -como si se masticara o bostezara-, ya que está conectada al canal auditivo.
