El festival Palencia Sonora es, desde que nació en el año 2004, una cita marcada en rojo en el calendario para los amantes de la música indie aunque, con el paso de los años, ha ido creciendo hasta abarcar otros géneros como el rock, el pop o la música electrónica. Un festival que se caracteriza, no solo por acercar a Palencia algunos de los grupos más exitosos del panorama musical, sino por dar una oportunidad también a formaciones emergentes.
A. Míguez / ICAL. Una fórmula atractiva para el público como así lo demuestra el hecho de que este fin de semana cerca de 20.000 personas de 46 provincias españolas se hayan dado cita en la ciudad para disfrutar de un festival que cumple 21 años y que, por primera vez en su historia, ha conseguido colgar el cartel de “no hay entradas”. “Este año es un festival de récord por el número de asistentes, por el número de artistas que completan el cartel y por el número de personas que trabajan en su organización”, explicó Juan Cruz Pascual, uno de los promotores del Palencia Sonora. “Es algo que implica mucho orgullo, pero también, es una importante responsabilidad. Todos los años son importantes, pero este es muy especial y hemos trabajado mucho para responder con el mismo cariño con el que nos ha tratado la gente. Nos han demostrado que el trabajo bien hecho tiene su recompensa”, reconoció en declaraciones a la Agencia Ical.
Ante el éxito abrumador de este año, se les planteó la posibilidad de ampliar el aforo, pero es una posibilidad que, de momento, han descartado. Han preferido priorizar el hecho de que el público se sienta a gusto, cómodo y pueda seguir disfrutando como hasta ahora. “Ampliar el número de asistentes podría suponer que el festival perdiera su personalidad y, para nosotros, es innegociable mantener la esencia”.
Aunque el grueso de los conciertos se celebra durante el fin de semana, la programación paralela comenzó el miércoles con el concierto vertical en la fachada del bar Universonoro a cargo de la agrupación palentina ‘Beebrass Ensemble’ y sus versiones de los clásicos del pop-rock. Ya el viernes, los platos fuertes del festival llegaron al parque del Sotillo y ‘Besmaya’, ‘Siloé’, ‘Queralt Lahoz’, ‘Sexy Zebras’ o ‘Delaporte’ fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida a esta vigesimoprimera edición. Hoy sábado, ‘Florent y yo’, guitarrista de ‘Los Planetas’, inaugurará una nueva jornada festivalera que contará con los conciertos de ‘Cala Vento’, ‘Baiuca’, ‘Pongo’, ‘Rodrigo Cuevas’, ‘Arde Bogotá’ o ‘El Columpio Asesino’. Además, las mejores mezclas volverán a llenar el ‘Espacio La Isla’ gracias a las propuestas de ‘Guacharaco’ , ‘Mr. Cong’, ‘MS Von Disko’, ‘Umami’ y ‘Yung Prado’.
El festival será fiel a sus clásicos, pero también incluirá novedades como la instalación de un nuevo escenario en el Parque del Salón o la rave itinerante ‘Marabiyak Bike Sound System’ capaz de llenar de música el trayecto entre la plaza de San Miguel y la calle Alfonso VIII de la capital gracias a que sus integrantes se desplazan con grandes altavoces en bicicleta. “El Palencia Sonora cuenta con infinidad de actividades paralelas fuera del recinto acotado para involucrar a toda la ciudad y para que todos los palentinos sientan como suyo este festival”.
Sin embargo, no es una tarea fácil y organizarlo conlleva más de un año de trabajo. De hecho, sus promotores ya están pensando en qué grupos pueden tocar de cara a la próxima edición. “No hay descanso. Durante todo el año se planifica de qué manera puedes organizarlo o qué infraestructura vas a necesitar”, señaló Juan Cruz Pascual. “Este festival se celebra en un maravilloso recinto que es el Parque del Sotillo pero hay que tener en cuenta que es un espacio diáfano y levantar un festival de la nada supone un reto muy importante. Hay que decidir de qué manera se colocan los escenarios, dónde se ubican los accesos de entrada y de salida, los baños, las barras o la zona de camping. Son 1.000 detalles a tener en cuenta para que todo salga perfecto y hay mucha gente detrás. El número de trabajadores supera el centenar y cada uno cumple su función. Es una cadena perfectamente engrasada para que nada falle. La gente no es consciente del trabajo que conlleva pero creo que la clave está en que lo hacemos con mucha pasión”.
Asimismo, reconoce que, como palentino, se siente muy orgulloso de aportar su granito de arena al desarrollo socioeconómico de la ciudad y la provincia. “Es una oportunidad para dar a conocer Palencia y muchos de los asistentes al festival prometen volver como turistas para descubrirla mucho mejor”, aseguró Pascual.
Una idea en la que coinciden los hosteleros de la ciudad. Eduardo Simal, propietario del bar ‘Debla’ en plena plaza Mayor, reconoce que, sin duda, se trata del mejor fin de semana de todo el año en cuanto al volumen de negocio. “Es, con diferencia, cuando más trabajamos. Ni si quiera durante la semana de las fiestas patronales de San Antolín tenemos tanta afluencia de clientes. Da gusto ver la ciudad así”, destacó. “Para que la gente se haga una idea, el sábado del Palencia Sonora cerramos a las 19.00 horas con el stock de bebidas prácticamente agotado”.
En la misma línea se pronunció el cocinero del céntrico restaurante ‘La Parrilla de Don Jamón’, Raúl González. “Viene muchísima gente de fuera y el trabajo se multiplica. Intentamos adaptarnos y preparar también más bocadillos porque es lo más demandado. Pese a todo, durante estos días no tenemos ni una sola mesa libre”, reconoció. Más próximo al recinto acotado del Parque del Sotillo se encuentra el bar ‘Universidad’. Su dueño, Raúl Martínez, considera que, a día de hoy, el Palencia Sonora es la fiesta más multitudinaria y la que más dinero deja, no solo en la ciudad, sino también en los pueblos del alfoz. “Para nosotros no hay nada que se le parezca. Tenemos el doble de clientela que durante los sanantolines. Eso ya es muy representativo”, manifestó el hostelero.