Se cumplen 150 años desde que una mujer, que hoy le pondríamos el calificativo de empoderada, por fuerte, por trabajadora, por luchadora, por creer en sí misma y en su labor. Ella decidió que quería ayudar a sus coetáneas. Y, no se le ocurrió otra cosa que enseñarles un oficio. Así, ellas no tendrían que depender de un marido, un padre, un hermano o un proxeneta al ganar su propio sustento.
Esa valiente mujer se llamaba Bonifacia Rodríguez. La primera santa salmantina. Este año se cumplen 150 años desde que Santa Bonifacia decidió fundar su congragación, con la inestimable ayuda del jesuita Francisco Butinyà.
Y para celebrar este número redondo, qué mejor que ir tras los pasos de Bonifacia. Recorrer los lugares donde ella estuvo, trabajó, vivió y sufrió, que Salamanca no se lo puso nada fácil. De hecho, se tuvo que exiliar a Zamora, donde la acogieron y siguió realizando su labor. De proscrita a santa.
El punto de encuentro de la ‘Ruta Josefina’ es el colegio de las Siervas de San José, para ser concretos en el pozo del impresionante claustro Renacentista que luce el centro.
La siguiente parada es el convento de las Dueñas, para continuar por San Esteban, Plaza Mayor, Huerto de Calixto y Melibea, Casa Lis, la Clerecía y culmina la andarina en la casa de Santa Teresa de Jesús, que también fue la de Santa Bonifacia.
La jornada festiva concluye con una eucaristía a las 18.30 horas, en la Iglesia de la Clerecía, que estará presidida por José Luis Retana, obispo de Salamanca y de Ciudad Rodrigo, y concelebrada por sacerdotes amigos de la Congregación.
Fotografías. Pablo de la Peña.
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