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Miénteme despacio, que me da la risa

Félix González, socio director general, Capitalia Familiar EAFN, analiza el mercado financiero y el mercado de valores
Montaje de un persona mirando los valores del mercado.

Y lo hizo… El Banco Central Europeo recortó esta semana pasada sus tipos de interés en un cuarto de punto, reduciendo su tipo básico de refinanciación hasta el 4.25%.

No tenían otra, desde hacía semanas se habían comprometido (precipitadamente) a hacerlo, y aunque los datos recientes de inflación, salarios y crecimiento no respaldaban esta decisión, es bien sabido que por la boca muere el pez

En el colmo del despropósito, la autoridad monetaria europea se vio obligada por los hechos a acompañar este recorte de tipos con una revisión al alza de sus previsiones de inflación, tanto para este año (hasta el 2.5% desde el 2.3%) como para 2025 (hasta el 2.2% desde el 2.0%).

En un intento inútil por justificar lo injustificable, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, reiteró su confianza en sus previsiones de inflación (esas mismas que casi nunca suelen cumplirse —este paréntesis es mío, aunque no me extrañaría que, en la intimidad, Lagarde piense y diga lo mismo—).

Así las cosas, entre tantas mentiras, la decisión y discurso del BCE de esta semana pasada deja tras de sí más sombras que luces, y más preguntas que respuestas. Esto es lo que sucede cuando los bancos centrales se dedican a hacer política, en vez de atenerse a los criterios técnicos, que constituyen el mandato que tienen legalmente encomendado.

Y esta próxima semana, el miércoles, será el turno de la Reserva Federal estadounidense.

A estos, sus últimas mentiras aún les sirven: no hace tanto, se vieron obligados a aplazar su primera bajada de tipos para después del verano, y de aquí a entonces aún puede pasar de todo.

No obstante, tampoco pinta bien para sus planes de relajar su política monetaria en la recta final hacia las elecciones presidenciales de noviembre: los datos de empleo y salarios de mayo, que se publicaron este pasado viernes, no vinieron a respaldar, precisamente, un escenario de contención de la inflación ni, por consiguiente, de bajadas de los tipos de interés en un futuro relativamente próximo.

Veremos qué dice el dato de inflación de mayo, que se publicará este próximo miércoles, coincidiendo casualmente con la reunión de la Reserva Federal.

Las bolsas europea y estadounidense aguardan a la Fed a portagayola: en la parte alta del rango de cotización de los últimos cuatro meses, con ganas de romper al alza, pero sin más engaño con que enfrentarse al morlaco que su fe ciega en que la autoridad monetaria estadounidense esta vez dirá la verdad.

En cambio, los mercados de renta fija, más prudentes y desconfiados, vuelven a plegar velas; por si la tormenta…

“Y es que en el mundo traidor
nada hay verdad ni mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira”
.

Félix González, socio director general, Capitalia Familiar EAFN

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