Sara Carbonero desnuda su alma

Sara Carbonero cuenta cómo estuvo cuatro meses sin poder mirarse a un espejo
Sara Carbonero. Instagram.

Sara Carbonero, tan reacia a hablar de su vida privada y de sus hijos, de un tiempo a esta parte está sorprendiendo, para bien, a sus 3,5 millones de seguidores con sus post. Felicitó a su hijo Lucas con una emotiva carta y ahora se desnuda para hablar de cómo se ve ella delante del espejo y cómo vivió su enfermedad.

La periodista comienza diciendo que «malísima con los selfies en el espejo pero anoche quería probar unas luces nuevas. Que si un ojo bizco, que si muy seria, la mirada melancólica, que si te sonríes mucho a ti misma es muy forzado», ironiza.

Lejos de la frivolidad que pueda parecer, cuando se miro al espejo, lo hace para tomar conciencia de sí misma. «Lo utilizo como herramienta clave para mejorar mi autoestima», se sincera.

Comparte con sus lectores que por causas de la vida, ha transitado épocas en las que huía de ellos porque no reconocía a la persona que le mostraba el reflejo. «Llegué incluso a pasar tres o cuatro meses sin mirarme en uno», explica.

«En una de esas, al acabar el sexto y último ciclo de quimioterapia, yo estaba en la cama, sin poder moverme y mi hijo mayor se tumbó conmigo. Después de mirarme detenidamente, muy raro, soltó: “Mamá, es que tienes las cejas grises y no pareces tú”. Yo por entonces, precisamente por no mirarme ignoraba que había perdido todo el pelo de las cejas, que son las que enmarcan la mirada y dan personalidad al rostro», escribe.

«No sabía muy bien cómo salir de ahí y se me ocurrió decirle: ¿Y pestañas? ¿Has visto que me queda una única superviviente ? ¡Una! ¡La más valiente!», trató de quitarle hierro a la conversación.

«Intentó arrancármela, por supuesto, muerto de risa y empezamos una guerra de almohadas y después, a otra cosa. Tengo esa conversación grabada como muchas otras incómodas, en las que gracias a su capacidad de adaptación fue todo menos traumático», matiza.

Sara Carbonero explica que ahora sus hijos, Martín y Lucas, cuentan orgullosos a sus amigos cuando su mamá tenía el pelo ‘como un chico’. «El día que me vieron así por primera vez, les llevé unos puzzles para desviar su atención, como me dijo la psicóloga», aconseja.

Eso sí, explica que no resultó, como dice la canción: No quitaron sus ojos de mí, corriendo incluso alguna tímida lágrima por sus mejillas. «Luego, empezamos a buscar fotos de actrices y cantantes monísimas con pelo corto y nos pusimos con el puzzle», comparte.

La periodista cuenta que las carcajadas llegaron cuando en ese mismo verano salía en la tele un anuncio de champú que grabó meses antes con su larga cabellera meneándola para delante y para detrás. «El colmo de los colmos. Esto sirvió para que los enanos me imitaran y me animaran: ”Ya pronto volverás a hacerlo, mamá. Y, además, ya no tendrás las cejas grises”, concluye.

La periodista ha recibido más de 3.000 comentarios y casi 90.000 likes.

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