El bar que triunfó con sus bocadillos (la historia del Yunque)

Han pasado por allí clientes de diferentes generaciones y nacionalidades
Verónica Martínez, tras la barra de El Yunque

Los bocadillos de El Yunque se han convertido en un referente en la hostelería salmantina. Desde sus inicios hace más de tres décadas, cuando empezaron a ganarse la fama con los bocatas de ternera con pimientos, por allí han pasado clientes de “todas” las nacionalidades, así como varias generaciones de la misma familia. Ahora, aunque han introducido novedades, los bocadillos siguen siendo uno de los básicos del local, siendo el de mayor éxito el ‘Especial’.  

Corría el año 1992 cuando las hermanas Inés y Mª Ángeles González decidieron abrir El Yunque, que por aquel entonces se ubicaba en el 14 de la calle San Justo. “En aquella época, la verdad es que un negocio de noche, con dos mujeres, en una zona de fiesta… Fue muy complicado sacarlo a flote. Todo era muy diferente”, recuerda Verónica Martínez, hija de Mª Ángeles y segunda generación en el negocio.

Pese a que la fama del local proviene en buena parte de los bocadillos, “en un principio, El Yunque empezó como un negocio de copas”. “Sin embargo, introducimos después la comida y, al final, la demanda de la gente fue más hacia la comida, y aunque seguimos manteniendo las copas, nuestro punto fuerte acabó siendo la comida”, explica Martínez, apuntando entre risas: “La gente demandaba más comida que copas, fíjate por donde”.

Verónica Martínez bar El Yunque

Posteriormente, en el año 2005 cambiaron de ubicación hasta el emplazamiento actual. Pese a lo mucho que se ha hablado sobre los motivos, “la razón fue simplemente que el edificio en el que estábamos antes, el dueño quería derribarlo para hacer apartamentos. Entonces, en aquel momento nos tuvimos que trasladar, y como queríamos que fuera un lugar cercano, vinimos a la ubicación actual”.

El nombre del establecimiento también “tiene miga”, y tiene su origen en el abuelo de las fundadoras, que era herrero. Tal y como recuerda Mª Ángeles, ella y su hermana se despertaban por las mañanas de pequeñas con el sonido del yunque de la fragua de su abuelo, y cuando abrieron el bar, decidieron llamarlo ‘El Yunque’ y llevar el original de su abuelo hasta el local, “en homenaje a él”.

El yunque del bar El Yunque

A lo largo de todos estos años, por El Yunque han pasado clientes de “todas las nacionalidades”. “Cuando empezamos, teníamos una escuela de extranjeros encima, entonces pasaban clientes de todos los países, e incluso nos mandaban postales cuando volvían a sus países”, confiesan. También han pasado “muchas generaciones”, “tenemos clientes que venían cuando eran estudiantes o de pareja, y ahora vienen con sus hijos e, incluso, vienen los hijos solos».

En estas más de tres décadas “ha cambiado todo mucho. La manera de ser de la gente ha cambiado. Ahora siguen viniendo, tenemos clientela muy guay, pero las generaciones van cambiando. Los que sale de fiesta ahora no tiene nada que ver con los de antes”.

Por otro lado, “el bocadillo que más triunfa desde aquella época y que se ha convertido en un referente de generaciones, es el ‘Especial’”. Este bocata, que aún se mantiene en la carta, lleva lomo, bacón, queso, pimiento y tomate. Además, ahora cuenta con una nueva versión que incluye dos huevos fritos. “El bocadillo ‘Especial’ es de los pioneros. Es verdad que hemos renovado mucho la carta, hemos incluido hamburguesas y demás, pero mantenemos el punto fuerte, que son los bocadillos, y uno de ellos sigue siendo este”, señala Martínez.

Un bocadillo ‘Especial & 2 huevos’ de El Yunque

¿Cuál es el secreto del éxito?
La constancia y la perseverancia, que son las claves fundamentales, pero también la dedicación absoluta, el amor por nuestro trabajo, ser muy exigentes con nosotros mismos, no escatimar nunca en calidad y mimar al cliente. Yo pienso que cuando las cosas salen de ti, salen mucho mejor hechas.
Nada es regalado, al final todo es sacrificio, constancia, esfuerzo, muchas horas y estar a las duras y a las maduras. Porque te das cuenta de que mucha gente de alrededor ha ido abriendo, cerrando… y nosotros nos hemos ido manteniendo. Y eso no es suerte, es mucha dedicación.

¿Por qué triunfan tanto los bocatas?
El bocadillo es un clásico, pero un clásico bien hecho. Entonces, los clásicos bien hechos siempre permanecen. Realmente, un bocadillo no deja de ser eso, un bocadillo, por tanto, yo creo que triunfan por la calidad, y también por el servicio. Además, es un alimento muy contundente.
A pesar de tanta comida americana y tanta comida precocinada que hay ahora, nosotros seguimos trabajando con ingredientes totalmente frescos, y eso se nota mucho. Porque ahora mismo, buena parte de lo que hay en muchos sitios es comida precocinada, entonces, los bocadillos mantienen casi al 100% los ingredientes naturales, y eso, por mucho que te guste una cadena, al final se acaba notando.

¿Tienen éxito entre otro tipo de público además de los universitarios?
Totalmente. Es más, cada vez tenemos menos universitarios y más parejas, familias, pandillas de amigos… Seguimos trabajando mucho con los universitarios, pero es verdad que ese tipo de público se ha ido filtrando, nosotros también hemos renovado un poco la imagen, la carta… y eso también ha hecho que el público sea un poco diferente.
Antes, entre comillas, el bocadillo estaba más encaminado a la noche, a la fiesta, a meterte algo en el estómago… Y ahora también se puede venir a El Yunque a degustar otras cosas que no son solamente un bocadillo.

¿Alguna anécdota curiosa de estas más de tres décadas?
Hay una, por ejemplo, que es muy simpática. La de Daniel, a quien le quitaron su bocadillo de El Yunque en el aeropuerto de Los Ángeles (EEUU). Tenemos gente que ama tanto nuestros bocadillos que cuando volvían a sus países se llevaban un bocadillo para poder comérselo allí, y en el caso de Daniel, se fue emocionado con su bocadillo de lomo y queso, y después de todo el vuelo hasta Los Ángeles, en la aduana se lo quitaron y no se lo pudo comer. Y siempre nos lo recuerda. (Risas)

3 comentarios en «El bar que triunfó con sus bocadillos (la historia del Yunque)»

  1. En San Justo hermanos y hermanas ,en San Justo se salvaron de las garras del alcohol a cientos de jóvenes en las madrugadas salmantinas de nubloso recuerdo.

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