Tras las elecciones europeas del pasado domingo, Alfonso Fernández Mañueco se ha venido arriba y está exultante (insultante contra el PSOE y Pedro Sánchez ya lo estaba hace tiempo). Con un 44,56 por ciento de los votos, Mañueco ha estado a punto de darle un disgusto a su gran valedor durante la travesía del herrerismo, el sinuoso Pedro Viñarás, el primo del primo de Zumosol, que se hubiera llevado un disgusto -la familia que medra unida permanece unida- si el actual presidente bate el récord electoral de Juan José Lucas, el estadista de El Burgo de Osma. No ha sido así gracias a que Vox todavía aguanta el tipo y Alvise Pérez, el difamador convicto, ha engatusado a más de 40.000 votantes castellano-leoneses.
Anda exultante el presidente autonómico porque el PP de Castilla y León ha sido el que ha obtenido mayor porcentaje de voto, aunque quienes verdaderamente han engordado el resultado electoral del partido han sido, por este orden, la madrileña Isabel Díaz Ayuso y el andaluz Juanma Moreno Bonilla, que han cosechado más del doble de votos que Mañueco. A todo esto convendría aclarar que ninguno de los tres era candidato a las europeas, como tampoco lo han sido Sánchez, Núñez Feijóo y Yolanda Díaz.
A lo que iba: la absurda extrapolación según la cual con el resultado del pasado domingo el PP recuperaría la mayoría absoluta en las Cortes, algo absolutamente engañoso, ha dado pábulo a la hipótesis de un nuevo adelanto electoral en Castilla y León. Si de Mañueco dependiera, dicho adelanto se habría producido ya con ocasión de cualquiera de las tres convocatorias electorales que llevamos en lo que va de año. No es que el PP fuera a recuperar la mayoría absoluta, pero el declive de Vox, que el pasado domingo volvió a empeorar su porcentaje de voto en las elecciones generales de 2023 y no digamos en relación con las autonómicas de 2022, le reportaría un incremento de escaños suficiente como para poder gobernar en minoría prescindiendo de la extrema derecha con la que comparte el gobierno de la comunidad.
Pero sucede que Mañueco carece de autonomía respecto a Génova para poder adelantar unas elecciones sin el visto buen previo de Núñez Feijóo, ya que una decisión de esa naturaleza sería tomada por los de Abascal como una declaración de guerra que podría hacer saltar por los aires la totalidad de los pactos mediante los que PP y Vox comparten gobierno en decenas de ayuntamientos y cinco comunidades autónomas. De modo que, a corto plazo, ese hipotético adelanto electoral es completamente descartable. Y así se ha apresurado a manifestarlo el portavoz a la fuga del grupo parlamentario popular, el eurodiputado electo Rául de la Hoz, quien aseguraba ayer que el PP se siente muy cómodo con su socio de gobierno. Curioso lo de De la Hoz, quien, a la vez que se autocalifica de centrista, está encantado de compartir gobierno con una extrema derecha que denosta (aunque también sea de boquilla) el propio Feijóo. Pero, en fin, salvo escasísimas excepciones, la impostura es moneda corriente del conjunto de la clase política.
Teniendo en cuenta que el secretario autonómico y procurador-portavoz de Podemos en las Cortes, Pablo Fernández, era el número tres de la candidatura de su partido, el resultado de Podemos en Castilla y León ha sido lo que se dice paupérrimo. Pero, aún sabiendo que en las próximas autonómicas, sean cuando sean, Podemos desaparecerá del mausoleo de Villa del Prado, “Viriato” Fernández respira tranquilo. Los dos escaños obtenidos por su partido en el Parlamento Europeo le garantizan su futuro político como asistente en Estrasburgo de sus compañeras Irene Montero e Isa Serra. Al tiempo.
Otros que se han dado una costalada electoral de campeonato han sido los de “Soria ¡Ya!”, cuya candidatura europea ha obtenido poco más de 3.000 votos, la sexta parte de los conseguidos en las elecciones autonómicas de 2022, en las que fue la fuerza más votada en la provincia. El desinfle de “Soria ¡Ya!”, que no ha conseguido un solo logro desde que decidió bajar a la arena política, parece irreversible.
Por su parte, el retroceso electoral del PSOE en Castilla y León ha estado en línea con el registrado en el ámbito nacional, con lo que Luis Tudanca no sale ni reforzado ni debilitado. Su futuro sigue en el aire, a la espera de lo que decida en su día el eje Ferraz-Moncloa atendiendo a los tres políticos vinculados a la comunidad con mayor influencia sobre Sánchez, a saber, José Luis Rodríguez Zapatero, Óscar Puente y Óscar López.
Derechización
La derechización reinante en Castilla y León no se limita al ámbito político. También se deja notar en otras esferas, singularmente en la empresarial. El hasta hace poco presidente de la influyente Asociación de Empresa Familiar de Castilla y León (EFCL), el segoviano Pedro Palomo, es un modelo de empresario social al lado de su sucesor en el cargo, el salmantino Isidoro Alanís, quien, pese a haber sido durante 16 años alcalde de Fuentes de Oñoro (los últimos ocho de ellos bajo las siglas del PP), parece salido de la caverna predemocrática. Su arremetida contra las inspecciones de Hacienda y de Trabajo a las que están sujetas las empresas no hay por donde cogerlo. Si cumplen sus obligaciones fiscales y se atienen a la normativa laboral, ¿a cuento de qué viene calificar de “lacra” las inspecciones que velan por el cumplimiento de la legislación vigente?
Por si fuera poco, Alanís, presidente y CEO de Global Exchange, una compañía especializada en el servicio de cambio de divisas, también se ha posicionado a favor de reducir los subsidios a los desempleados, alineándose al respecto con el Gerente del Servicio Regional de Empleo, Álvaro Ramos-Catalina Ysasi, el “voxero” antiguo asalariado de la CEOE que calificó de “paguita vitalicia” el Ingreso Mínimo Vital. El nuevo presidente de la EFCL -organización en la práctica un lobby favorecido por la política fiscal de la Junta, especialmente por la supresión del Impuesto de Sucesiones- es el aliado ideal para apoyar las políticas antisociales promovidas por el estrafalario consejero de Industria y Empleo, Mariano Veganzones.
Mientras tanto, el teórico jefe de filas de este último, el vicepresidente García-Gallardo (Ga-Ga jr.) disfruta (en su caso, me da que sufre) de la obligada baja por paternidad. Lo que no le impide seguir emitiendo unos exabruptos que afortunadamente cada vez tienen menos eco mediático. Ya no le hacen caso ni los de la nutrida «fachosfera» regional, que prefieren seguir dorando la píldora -quien paga manda- al insultante Mañueco.
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1 comentario en «El topillo | Mañueco se viene arriba y saca pecho en Génova»
Dan ganas de exiliarse. Aunque, no lo haré porque eso, precisamente es lo que buscan toda esta fauna que refleja perfectamente el artículo. Enhorabuena, Crónica y autor.