Al entrar, sintió que el aire se volvía espeso, casi irrespirable. Podía oír los latidos de su corazón acelerado. Ese: Tenemos que hablar con el que ella lo había citado no presagiaba nada bueno.
Ella lo esperaba al fondo. Parecía distraída, casi ausente.
—¿Qué sucede? —preguntó él a bocajarro sin mediar saludo alguno de cortesía.
—No puedo hacerlo —respondió ella directa y firme—. Me gustaría complacerte, pero no puedo.
—¿Qué? ¿Por qué? No puedes hacerme esto ahora. Te habías comprometido…
—Lo sé, pero no puedo hacerlo.
—Di que no quieres, porque tú puedes hacer lo que te dé la gana. Tú tienes el poder…
—No debo hacerlo —corrigió entonces ella— Las circunstancias han cambiado. ¿Qué dirían de mí si lo hiciera?
—¿Desde cuándo te importa lo que digan de ti? —insistió él. Ella replicó con un profundo y elocuente silencio.
—¿Y qué será de mí ahora? —continuó él—. ¿Qué será de nosotros?
—Lo superaremos; como hemos hecho siempre, juntos. Quizás más adelante…
—Yo no puedo esperar más —le interrumpió él—, ya no. Confié en ti, y me has traicionado. No lo haré más…
—¿Me estás dejando? ¿Es eso? —preguntó ella con un gesto desafiante, entre la indiferencia y el desprecio.
—No, eres tú la que me has abandonado —sentenció él mientras se levantaba para irse.
—Siempre nos quedará París —lo retuvo ella unos instantes, esta vez con una sonrisa sincera.
—¿París? Macron, Le Pen… París está que arde…
—Volverás…
—No lo haré —replicó henchido de fingida dignidad.
—Estoy segura de que volverás.
—¿Por qué estás tan segura?
—Tú lo dijiste antes: porque tengo el poder…
Al día siguiente, todos los periódicos publicaban la noticia de que ella, la Reserva Federal, había roto su compromiso de bajar sus tipos de interés. En el comunicado oficial que había remitido a la prensa, alegaba problemas de inflación.
De él, el Mercado, no se mencionaba nada en los diarios, pero en los mentideros de los bajos fondos corre ahora el rumor de que lo han visto por ahí dando tumbos, comportándose de maneras extrañas, débil y desorientado. Entre sus allegados, hay algunos que piensan que no tardará en superar este golpe, y que volverá más fuerte que nunca. Otros, en cambio, temen que se venga definitivamente abajo. El tiempo dirá, no tardando mucho…
Pero, tanto si se recuperara como si terminara por hundirse, todos están de acuerdo en que, más tarde o más temprano, el Mercado volverá a buscar y a entregarse a la Reserva Federal: es lo que tienen estas relaciones tóxicas…
Epílogo
La decisión de la Reserva Federal de volver a aplazar (por enésima vez) su recorte de tipos, y la crisis política abierta en Francia son dos píldoras difíciles de tragar para los mercados.
Parece que una bajada próxima y relevante de los tipos de interés por parte de los bancos centrales estará condicionada por un mayor y claro deterioro de las perspectivas de crecimiento económico y del empleo.
La incertidumbre asociada al posible resultado de las elecciones legislativas en Francia seguirá previsiblemente pesando negativamente sobre las bolsas europeas hasta conocer los resultados de los comicios (el 30 de junio en primera vuelta, y el 7 de julio la segunda). Dada la rapidez y verticalidad de la caída en las últimas sesiones, es probable que en estos próximos días pudiera producirse un rebote de corto plazo, pero dentro de una tendencia principal bajista.
Por su parte, la bolsa estadounidense continúa mostrando un comportamiento dual y claramente divergente, con los grandes índices soportados por tan solo seis grandes compañías tecnológicas. Este marcado carácter dual y divergente es una anormalidad, difícilmente sostenible a medio plazo.
Con todo, al cierre de la semana, los grandes índices norteamericanos no han sido capaces tampoco de confirmar la ruptura al alza del rango de cotización de los últimos cuatro meses que se produjo este pasado miércoles, coincidiendo con la publicación del dato de inflación de mayo, que resultó mejor de lo esperado por el consenso del mercado: el riesgo que de dicha ruptura alcista se revele en falso continúa estando presente.
En los mercados de renta fija, la deuda pública más solvente se benefició durante la semana del movimiento hacia posiciones más defensivas. La renta fija corporativa, en cambio, se vio penalizada por el aumento de las primas de riesgo.
El contexto general se caracteriza por un elevado grado de incertidumbre, y dinámicas duales y excesivamente divergentes, difícilmente sostenibles a medio plazo.
La consigna es prudencia, pero también de atención permanente para la identificación precoz de las oportunidades de inversión que van a surgir sin duda con esta nueva fase de inestabilidad en los mercados.
Félix González, socio director general de Capitalia Familiar EAFN
@Capitalia-EAFI