La muestra ‘Una colección particular’, de la Fundación Vargas-Zúñiga y Pérez-Lucas, ha concluido este domingo 16 de junio tras casi dos meses abierta al público. Por allí han pasado más de 11.000 visitantes para disfrutar de las 57 obras pictóricas de esta colección privada, por lo que los organizadores lo califican como un éxito.
Más de 11.000 personas se han acercado a la Sala Garcigrande de Unicaja entre el 26 de abril y el 16 de junio para descubrir la exposición ‘Una colección particular’ de la Fundación Vargas-Zúñiga y Pérez-Lucas. Todas ellas han disfrutado esta muestra con más de 57 obras desde óleos de la escuela de Goya hasta creaciones de los salmantinos Zacarías González o Florencio Maíllo, piezas reunidas por sus fundadores a lo largo de toda una vida. Tal ha sido el éxito de afluencia de público, que la exposición fue prorrogada el pasado 30 de mayo y se amplió su exhibición en Salamanca hasta el domingo 16 de junio.
‘Una colección particular’ ha puesto a disposición de salmantinos y turistas obras de Benjamín Palencia, Zacarías González, María Cecilia, Florencio Maíllo, Vidal González Arenal, Pancho Cossío o Joaquín Vaquero Turcios, así como tablas procedentes de Flandes junto los paisajes de Hernando Viñes, Emilio Grau Sala, Rafael Llimona, José Antonio Pineda, Luis García Ochoa, Agustín Úbeda o Cecilio Chaves.
Los pequeños caprichos también tuvieron cabida en la muestra representados en los cuadros atribuidos a la escuela de Goya o Asensio Julià, junto a las escenas navales de Pierre Leonce Fürt y los pasteles de Firmin Báes. A ellos se sumaron los bodegones de Joaquín Peinado, Juan Manuel Díaz Caneja, Carmen Laffón, Pere Créixams y Cristina Villacieros, los paisajes urbanos de Cassani, Pepe Carazo, Cirilo Martínez Novillo, Agustín Redondela y obras de pintores rusos como Piotr Litvinsky, Alexandr T. Danilichev y Mihail Psystá.
De este modo, la Fundación Vargas-Zuñiga y Pérez-Lucas ha puesto de manifiesto de nuevo su afán social logrando que su colección particular haya sido disfrutada por miles de personas entre salmantinos y visitantes, incrementado así la riqueza cultural de Salamanca gracias a la difusión de tan magnífico legado familiar.
