El Ministerio de Sanidad activó este lunes un mapa para medir el impacto del calor en la salud, dividido ahora en más de 180 zonas geográficas, cada una de las cuales lleva asociado un umbral de temperatura máximo a partir del cual se dispara la mortalidad y una serie de medidas para evitarlo.
En Salamanca se han establecido tres zonas con características climáticas similares para determinar el umbral de temperatura máxima partir del cual puede aumentar la mortalidad. Para Meseta de Salamanca (casi toda la provincia) se ha fijado en 34 grados a la sombra. En 32,5º a la sombra para la zona llamada Sistema Central de Salamanca (la Sierra de Francia hacia Monsagro y El Sahugo) y 34,5º en el Sur de Salamanca (zona de Béjar y Candelario).
El criterio por el que se establecen las temperaturas umbrales máximas se basa en utilizar aquellas temperaturas a las que comienza a aumentar la mortalidad bruscamente por causa de la misma, lo que se conoce como «temperatura de disparo», señala el Ministerio de Sanidad.
Las «temperaturas de disparo», basadas en series temporales de mortalidad y temperaturas, están disponibles para la casi totalidad de las 182 zonas de meteosalud. Sin embargo, en algunas no ha sido posible y, para estos casos, se mantiene el criterio que utiliza el percentil 95 de la serie temporal más reciente de temperaturas máximas diarias de dichas zonas de meteosalud durante el verano.
La campaña “Un Verano de Cuidado” promovida por el Ministerio de Sanidad tiene como finalidad conseguir que “la población adopte unos hábitos de autoprotección y de cuidado que reduzcan el impacto del calor en su salud”.
El verano pasado fue el más caluroso jamás registrado en el Planeta, y en España más de la mitad del mes de agosto estuvo bajo avisos de olas de calor. Desde el sistema europeo de satélites Copernicus ya ha advertido que existe una alta probabilidad (por encima del 70%) de que este verano vuelva a ser más cálido de lo normal.
El pasado 16 de mayo el Ministerio de Sanidad activó el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas por Altas Temperaturas o «Plan de Calor» que es el instrumento a través del cual el Ministerio va a intentar reducir el impacto del exceso de temperaturas en la salud de la población, definiendo cuándo, dónde y a qué nivel se dan los avisos.
El Plan de Actuación contiene una serie de recomendaciones en forma de decálogo que son la base sobre las que se ha diseñado la campaña «Un Verano de Cuidado». Porque “sabemos que en España el calor es el principal problema de salud asociado al cambio climático y que en los próximos años se prevé un aumento de las temperaturas extremas debido al calentamiento global”, destaca.
La exposición a temperaturas ambientales elevadas puede provocar una respuesta insuficiente del sistema termorregulador humano. El calor excesivo puede alterar nuestras funciones vitales si el cuerpo humano no es capaz de compensar las variaciones de la temperatura corporal.
Una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento de los distintos órganos. En algunas personas con determinadas enfermedades crónicas, sometidas a ciertos tratamientos médicos y con discapacidades que limitan su autonomía, estos mecanismos de termorregulación pueden verse descompensados.
Desde un enfoque biológico, la exposición a temperaturas excesivas puede provocar problemas de salud como calambres, deshidratación, insolación, golpe de calor (con problemas multiorgánicos que pueden incluir síntomas tales como inestabilidad en la marcha, convulsiones e incluso coma).
El impacto de la exposición al calor excesivo está influido por el envejecimiento fisiológico y las enfermedades subyacentes.
Normalmente un individuo sano tolera una variación de su temperatura interna de aproximadamente 3ºC sin que sus condiciones físicas y mentales se alteren de forma importante. A partir de 37ºC se produce una reacción fisiológica de defensa. «Las personas mayores y los menores son más sensibles a estos cambios de temperatura», indica el Ministerio.
A continuación, se presentan los principales consejos de prevención incluidos en el decálogo «Disfruta este verano con salud»:
- Bebe agua y líquidos con frecuencia, aunque no sienta sed y con independencia de la actividad física que realice.
- Evita las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación.
- Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con el calor, presta especial atención a: bebés y menores, lactantes y mujeres gestantes, así como personas mayores o con enfermedades que puedan agravarse con el calor (como las enfermedades cardiacas, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, patologías que dificultan la movilidad, demencia y otras enfermedades mentales, así como el abuso de drogas o alcohol). Para más información sobre los factores de riesgo pinche aquí.
- Permanece el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refréscate cada vez que lo necesite.
- Procura reducir la actividad física y evitar realizar deportes al aire libre en las horas centrales del día.
- Usa ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
- Nunca dejes ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado (especialmente a personas menores de edad, mayores o con enfermedades crónicas).
- Consulta a tu profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.
- Mantén tus medicinas en un lugar fresco; el calor puede alterar su composición y sus efectos.
- Haz comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.)