El Centro del Cáncer acogió este viernes la presentación de dos proyectos financiados por la Fundación Científica Asociación Española Contra el Cáncer, dentro del programa Ayuda Reto AECC 70% Supervivencia, en la que han participado Óscar Lorenzo, delegado del vicerrector de Investigación de la Universidad de Salamanca; Xosé Bustelo, coordinador del proyecto Aspire-AECC: Mejorar la supervivencia de los pacientes de cáncer de hígado combinando inmunoterapia y cirugía; Sandra Blanco, investigadora del equipo Sosclc – AECC: Cáncer de pulmón de célula pequeña. De las redes biológicas a la terapia personalizada; y Ángel Losada, presidente provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer en Salamanca y vocal del Comité de Comunicación del Consejo Nacional.
La intención de los dos proyectos es mejorar la tasa de supervivencia en cánceres que traen muy poca supervivencia, menos del 30% en algunos. El objetivo es llegar a ese 70% de supervivencia que indica el programa en el que se encuentran.
Para ello, la Asociación Española contra el Cáncer ha destinado 18M€ a estos proyectos, que esperan que sea “significativo de la lucha contra el cáncer, no solo en España, sino a nivel Europeo”, explicó Ángel Losada, presidente provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer en Salamanca y vocal del Comité de Comunicación del Consejo Nacional.
Querer conseguir un 70% de supervivencia es algo muy ambicioso, explicaron que con los datos actuales se considera imposible. “Sin embargo, cada año encontramos datos que nos hacen ver que esto es posible. Estos proyectos tendrán una duración de cinco años”, señalaron.
“Estamos logrando resultados para el paciente. Además, estamos creando un consorcio a nivel internacional”, puntualizó el presidente provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer en Salamanca y vocal del Comité de Comunicación del Consejo Nacional, lo que convierte a Salamanca en líder de la nueva manera de investigar el cáncer en España.
El objetivo es que los resultados de ambos proyectos lleguen a todos los pacientes, no solo de los tipos de cánceres que se investigarán, sino también de aquellos que económicamente no son tan llamativos. Todo esto tiene que ver con el impacto social. En Salamanca se investiga con conciencia social y compromiso social.
Sandra Blanco, investigadora del equipo Sosclc – AECC: Cáncer de pulmón de célula pequeña. De las redes biológicas a la terapia personalizada, matizó que el objetivo es “llegar rápido al paciente”. El proyecto en el que participa trata sobre el cáncer de pulmón, muy agresivo, en el que solo en España se dan aproximadamente 4.000 casos al año. Es un tipo de cáncer que, además, responde muy mal a los tratamientos convencionales.
Dado que se ha estudiado muy poco, no se sabe gran cosa, por lo que uno de los objetivos principales del proyecto será averiguar los factores de riesgo. Otro de los puntos clave será involucrar más a los pacientes para dar más visibilidad sobre este cáncer a la sociedad.
“En España habitualmente tenemos muy buenas ideas, pero no se suele poner el dinero para llevarlas a cabo”, apunta Xosé Bustelo, coordinador del proyecto Aspire-AECC: Mejorar la supervivencia de los pacientes de cáncer de hígado combinando inmunoterapia y cirugía.
Sobre su proyecto, que se centrará en estudiar un cáncer de hígado, comentó que es un cáncer que incluso después de ser extirpado por cirugía, vuelve a surgir en pocos años, ya que hay muchas células tumorales que se desconocen y crean de nuevo el tumor.
“Podemos extirpar lo que vemos, pero no podemos hacer nada con lo que no sabemos que está ahí”, apostilló Xosé Bustelo. Sin embargo, un estudio demuestra que después de la cirugía mediante inmunoterapias y con tratamiento post cirugía, había un aumento significante de que no resurgía el cáncer en los pacientes; pero no todos los pacientes responden igual.
De esta manera, uno de los objetivos principales en su estudio será la adquisición de muestras de los pacientes que responden y los que no para analizarlos en profundidad y así, como segundo objetivo, encontrar unos parámetros que nos digan qué probabilidad tiene cada paciente de responder a cada tratamiento. Con esto, esperan que los investigadores sean capaces de identificar los puntos débiles.
Reportaje. Pedro Méndez González.