Noche profunda. En la Suite Presidencial del hotel más lujoso en la ciudad de Nueva York, rodeada de exclusivas vistas panorámicas a Central Park y al ‘skyline’ titilante de Manhattan. En una cama ‘king size’, entre sábanas de seda color frambuesa, como las que ella exige siempre. Sin poder dormir…
Sí, soy una estrella, lo conseguí. Es lo que soñaba desde niña: que todo el mundo me conociera y admirara… Ser la mejor, única, la más grande…
Pero la fama cuesta, ya lo creo que sí… Trabajar sin descanso. Luciendo siempre sonriente y perfecta. Sin tiempo para mí…
Hubo momentos en que pensé que no lo conseguiría, momentos en que estuve a punto de rendirme, de dejarlo todo y abandonar mi sueño.
Pero acerté a estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Cuando conseguí que empezaran a hablar de mí, se desató la locura. Y me dejé llevar…
Lo he logrado, sí. He llegado a lo más alto. Soy la Taylor Swift de la bolsa, la Nvidia de todos… 3.33 billones de dólares: este es hoy el valor de mi fortuna, por encima de Microsoft y Apple.
Pero ahora tengo miedo, mucho miedo… No, no es miedo. Ya es hora de que sea sincera conmigo misma. Lo que siento es pánico… Pánico de no poder aguantar más esta presión; de tener que estar siempre tan divina, tan perfecta… Si se me ocurriera salir a comerme un helado, sin pintar, con el pelo recogido y en chándal, la prensa vendería todo un drama; como si lo viera…
No puedo dejar de pensar en lo que le sucedió a Cisco Systems. Ella también llegó a lo más alto; y solo unos meses después, ya ves, lo había perdido casi todo. Hoy es una más del montón…
Sí, soy la más grande, pero ahora que lo tengo todo, ahora que he conseguido mucho más de lo que nunca llegué a soñar, ¿por qué no soy feliz?… Rodeada de tanta gente, me siento tan sola… Me voy a tomar otro Orfidal…
…Debí fugarme aquella noche con Elon…, esa espalda…, esos brazos…, tan divertido…, Elon…, tal vez…, mañana…, cansada…
Ella es tan afortunada,
ella es una estrella.
Pero llora, llora y llora en su solitario corazón, pensando:
si no me falta nada en la vida,
¿por qué entonces brotan estas lágrimas de noche?…
Coda
Esta semana pasada, Nvidia llegó a convertirse en la compañía más grande del mundo por su valor en bolsa, superando a gigantes como Microsoft y Apple.
Su reinado no duró mucho, porque el viernes cerró con una caída del -10% desde los máximos intradía que había alcanzado un día antes.
El perfil de evolución de Nvidia recuerda mucho al que siguió Cisco Systems, otra compañía tecnológica, en la década de los 90, y que la llevó también a superar a Microsoft en marzo de 2000. Alrededor de un año más tarde, la cotización de Cisco Systems acumulaba una caída cercana al -90%. Los que compraron en torno aquellos máximos y no vendieron en su día, todavía hoy no han recuperado todo lo que perdieron (si es que aún se encuentran entre los vivos, casi un cuarto de siglo después).
Por lo demás, la semana pasada deja a los mercados con algunas incógnitas relevantes.
La bolsa europea consiguió detener las caídas, pero no fue capaz de afianzar un rebote suficientemente claro y solvente, y no parece estar dispuesta a decidirse hasta conocer, al menos, los resultados de la primera vuelta de las elecciones legislativas que se celebrarán en Francia el próximo día 30.
Por lo que respecta a la bolsa estadounidense, en las dos últimas sesiones de la semana se registró un aumento incipiente de la presión vendedora, con epicentro en Nvidia, y en torno a toda la temática relacionada con la Inteligencia Artificial. Esta presión vendedora arrastró a la baja a los grandes índices estadounidenses (S&P500 y Nasdaq100), aunque de manera todavía contenida y ordenada.
Teniendo en cuenta que la dinámica alcista de ambos índices estaba y continúa estando demasiado excedida, parece razonable esperar que esta presión vendedora se mantenga a lo largo de los próximos días y que, por tanto, los principales índices bursátiles estadounidenses continúen corrigiendo a la baja.
De ser así, habrá que ver entonces si esta corrección bajista quedará tan solo en una fase transitoria y saludable de consolidación o si, por el contrario, terminará dando paso a un cambio de tendencia, con implicaciones bajistas más preocupantes.
Otra cuestión relevante respecto a la bolsa estadounidense es si otros sectores y valores, con dinámicas alcistas más retrasadas o no tan excedidas, serán capaces de tomar el relevo a las grandes compañías tecnológicas, de cara a amortiguar la posible caída de los índices.
Atendiendo al índice Russell2000, de pequeñas y medianas compañías, hoy por hoy no hay todavía ninguna señal que apunte en este sentido, pero sí hemos detectado a lo largo de los últimos días un aumento en el número de opciones potencialmente viables que, quizás, pudieran llegar a materializarse en un futuro relativamente próximo. Ya veremos…
Por último, en los mercados de renta fija, y centrándonos en la deuda pública a 10 años de Alemania y Estados Unidos (referencias clave para el conjunto del mercado), habrá que ver si consiguen seguir beneficiándose en próximos días de su atractivo como activos refugio, en un contexto de inestabilidad en los mercados, o si, por el contrario, vuelven a verse lastrados por el debate en torno a la lucha contra la inflación y la demora de las bajadas de tipos por parte de los bancos centrales.
A este respecto, este próximo viernes se publicará en Estados Unidos un nuevo dato de inflación (el deflactor del consumo privado correspondiente al mes de mayo).
A priori, parece que este dato no va a añadir más leña al fuego, así que, para la renta fija, todo dependería de la evolución de las bolsas, y de la lectura que los mercados hagan de los resultados de las elecciones francesas.
Félix González, socio director general, de Capitalia Familiar EAFN