El próximo 1 de julio, las farmacias españolas podrán comenzar a distribuir un nuevo medicamento para tratar la obesidad y la diabetes. Se trata de Mounjaro, cuyo principio activo es la tirzepatida y que promete mejorar los resultados de otros fármacos similares. No obstante, por el momento el nuevo medicamento no estará financiado por el Ministerio de Sanidad.
Mounjaro cuenta con la tirzepatida como principio activo y es un medicamento que ya se comercializa en países como Alemania o Estados Unidos, mientras que en España comenzará a hacerlo el 1 de julio. Su principal novedad con respecto a otros fármacos similares como Ozempic o Wegovym es que logra estimular dos hormonas -en lugar de una- que ayudan a controlar los niveles de azúcar en sangre. Además, reduce el apetito.
Este fármaco, aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) está destinado tanto para pacientes con diabetes de tipo 2, como para el control de peso en aquellos con un índice de masa corporal superior a 27 y sufran complicaciones derivadas de ese sobrepeso.
Respecto a su administración, esta se hace mediante una inyección semanal. La compañía comercializa el Mounjaro en dosis de 5, 10 y 15mg, aunque a España solamente llegarán de momento las dos primeras. Además, el tratamiento comienza con una dosis de 2,5mg que, a las cuatro semanas pasa a 5mg. En caso de que transcurrido un mes no se obtengan resultados, la dosis pasaría a los 7,5mg y, tras cuatro semanas más, a 10mg.
Por el momento este fármaco no contará con financiación por parte del Ministerio de Sanidad, aunque desde la compañía aseguran que están trabajando para lograrlo. Esto hace que su precio sea superior al de otros medicamentos similares. En España, el tratamiento de 5mg (incluya cuatro viales, uno por semana) costará 271 euros, mientras que el de 10mg, 358 euros. Además, para adquirirlo en farmacias será obligatorio contar con receta médica.
Durante los ensayos clínicos de Mounjaro se logró un control glucémico en más del 90% de los pacientes, mientras que en más del 50% se consiguió la normalización con pérdidas de peso de hasta 12,4 kilos. En el caso de los pacientes con obesidad, el medicamento logró una media de reducción del peso de hasta el 22,5%, mientras que en cuatro de cada diez casos, la pérdida fue igual o superior al 25%.
