Con la llegada del verano se multiplica la actividad de la araña violinista, una especie de arácnido altamente venenosa. Por ello, hay que tener en cuenta una serie de cuestiones sobre cómo actuar en caso de encontrarse una de ellas e, incluso, qué hacer si el insecto ya ha picado a alguien.
La araña violinista es uno de los animales más venenosos que se pueden encontrar en España. Si bien, pese a que no son muchos los casos de picaduras por parte de este arácnido reportados en España, en los últimos años sí que se han producido algunos. Por ello, es mejor estar preparados y saber cómo actuar en caso de que aparezca una de ellas.
Este tipo de arácnidos pertenecen al género Loxosceles, dentro de la familia Sicariidae, y pese a existir diferentes especies, todas las de este género reciben popularmente el nombre de araña violinista. En España están presentes tres especies del género Loxosceles, una endémica del Mediterráneo (menos peligrosa) y otras dos de origen latinoamericano (menos comunes y altamente venenosas).
En cuanto a las características comunes de todas ellas, la araña violinista se distingue por su marca en forma de violín en la zona dorsal del cuerpo, que está recubierto de vellosidad. Además, no suelen superar los 3 centímetros de longitud, pueden tener distintos tonos de marrón y sus patas son delgadas y alargadas.
Estos animales habitan lugares frescos y oscuros, siendo más habitual su actividad por las noches y en periodos calurosos, como el verano. Pasando a su comportamiento, solo atacan cuando se sienten provocadas, por lo que en caso de ver una es mejor no molestarla, y es que cuando ven peligro tienden a huir para esconderse.
A la hora de prevenir la aparición de estos arácnidos, se pueden llevar a cabo diferentes medidas, como mantener la vivienda limpia y ordenada; sellar los posibles puntos de entrada desde el exterior (mosquiteras, silicona…); sacudir la ropa, toallas y zapatos antes de usarlos, no pisar o aplastarlas sin usar zapatos o guantes; o colocar trampas y veneno.
Pasando a los síntomas, destacan el dolor intenso, enrojecimiento, hinchazón, sensación de calor, picazón e incluso la aparición de ampollas o úlceras en la piel en la zona de la picadura. También puede causar malestar general, sensación de debilidad, mareos o vértigos, dolor de cabeza, náuseas, sudoración excesiva o fiebre. En el caso de las dos variedades latinoamericanas, su veneno puede provocar un shock anafiláctico con un 32% de mortalidad (aunque solo se da entre el 5% y el 20% de las mordeduras), mientras que en pacientes de riesgo -bebés, ancianos y alérgicos- puede causar la muerte en casos extremos.
Finalmente, en caso de sufrir una mordedura de araña violinista, se debe acudir lo antes posible al médico y guardar el ejemplar responsable de la picadura (vivo o muerto). Junto a ello, algunas medidas de primeros auxilios consisten en aplicar hielo sobre la picadura, lavarla bien con agua y jabón, no succionar el veneno con la boca, no utilizar desinfectantes o antisépticos con color y evitar movimientos innecesarios.