Érase una vez hace 570 millones de años. Así de lento se cocina una realidad científica que arranca en el Precámbrico y cuya evolución se define como la historia geológica de lo que hoy es la frontera occidental y meridional de la provincia de Salamanca. Entonces, la porción de territorio que hoy es la Península Ibérica se ubicaba, a ojo de buen cubero, en las inmediaciones del Polo Sur. Una aventura lejana, en el tiempo y en el espacio, que con el paso de las eras llegó a ser un paisaje singular con características geológicas tan ricas que aspira a convertirse en una solución para el desarrollo socioeconómico de las zonas más deprimidas y afectadas por la despoblación.
Javier A. Muñiz / ICAL.- Y es que en la provincia salmantina anida el persistente propósito de convencer a la Unesco para que conceda el título de geoparque mundial a un territorio que abarca un total de 110 municipios en suelo charro. Dicha distinción se confiere a áreas geográficas únicas y unificadas donde los sitios y paisajes de importancia geológica internacional se gestionan con un concepto holístico de protección, educación y desarrollo sostenible. Así, el patrimonio geológico se utiliza junto con otros valores naturales y culturales para promover el desarrollo local a través del geoturismo, la educación y la identidad territorial con especial protagonismo para las comunidades locales.
Actualmente existen 213 geoparques en 48 países alrededor del mundo, de los que 17 están en España, aunque hay al menos otros cuatro en fase de preparación del proyecto, además del de la provincia salmantina. Se trata del segundo país en el mundo con mayor número, después de China, según los datos que maneja el Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca, impulsor técnico de una iniciativa que tiene en la Diputación de Salamanca su motor institucional. De concederse, sería el segundo geoparque de Castilla y León tras el declarado en Las Loras, situado al norte de las provincias de Burgos y Palencia.
La gran mayoría de los municipios adscritos al proyecto están insertos en la llamada la “España vaciada” y son territorios “con altísima pérdida de población y envejecimiento de la misma”, según explica a Ical el catedrático Geología de la Universidad de Salamanca, José Ángel González, quien apunta que si se consigue la declaración de geoparque mundial de la Unesco, “se visibiliza notablemente el territorio”, ya que, de hecho, según incide, esta marchamo “pone a la zona en el mapa turístico mundial”. “En las últimas ediciones de FITUR han estado presentes como ejemplo de destinos más innovadores de turismo sostenible, respetuoso e interesado en la naturaleza y la cultura, que además fomenta la economía local”, añade en este sentido.
Ventana al mundo
Por ello, hace apenas un mes, el pasado 4 de junio, el Parador de Turismo de Ciudad Rodrigo acogió la constitución de una nueva asociación con la denominación Apgesa (Asociación Proyecto Geoparque Salamanca) en la que estuvieron representados todos los municipio implicados. El objetivo principal de esta iniciativa, según explica el presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, es presentar la candidatura a la Unesco “con garantías” a fin de que este espacio sea “reconocido a nivel internacional”. “Queremos ser una ventana abierta al mundo y que haya un turismo masivo especializado en geología para ofrecer nuevas oportunidades, en definitiva, a los habitantes de la provincia”, afirma el mandatario.
Dicha asociación está formada solo por los alcaldes de los municipios y promoverá la integración del proyecto en la red mundial de geoparques. Su modelo de gestión se basa en trabajar por comarcas con mesas de trabajo que incluyen representantes de ayuntamientos, grupos de acción local, asociaciones, fundaciones y empresas, Además, según apunta el catedrático especialista en área de Paleontología, habrá una comisión ejecutiva que valore las distintas propuestas y los presupuestos asignados a cada una de ellas. También se creará un comité científico con expertos, tanto de la Usal como nacionales e internacionales, y una asociación de amigos del proyecto.
El camino para lograr el reconocimiento es largo. En España existe el Comité Nacional Español de Geoparques Mundiales de la Unesco, que es un órgano colegiado de naturaleza consultiva adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores, la UE y Cooperación. Según señala González, este comité prioriza las candidaturas españolas y solamente puede incluir una al año para su evaluación. De este modo, pasaría de ser ‘Proyecto de Geoparque….’ a ‘Geoparque Aspirante Unesco’. “Al año siguiente vendrían a la zona evaluadores de la Unesco y si su consideración es positiva, propondrían a la zona que alcance la categoría de ‘Geoparque Mundial de la Unesco’. Es muy importante que se presente claramente la estructura de gestión, el personal adscrito, así como las actividades que se llevan realizando como si ya fuese geoparque. Yo pienso en un camino de tres a cuatro años”, especifica.
La Usal, en su misión de transferencia de conocimiento, está encantada con la iniciativa. “Es importante apoyar a un proyecto de desarrollo socioeconómico de una zona de la provincia, promoviendo la investigación científica sobre recursos del patrimonio local, fomentando la educación ambiental, y devolviendo a la sociedad al menos una parte de lo mucho que ésta nos da. Desde mi punto de vista, es muy significativo por el hecho de que supone una colaboración de docentes e investigadores en geología que llevan más de diezaños valorando desde el punto de vista científico, educativo y turístico-recreativo, más de un centenar de ‘Lugares de Interés Geológico’ en el territorio propuesto.
Lugares de Interés Geológico
Geoparque de Salamanca ocupa una superficie de más de 4.000 kilómetros cuadrados, que incluye municipios de las Sierras de Gata-El Rebollar, Francia y Béjar, y de los ríos Tormes, Duero y Águeda, alcanzando hasta una decena de subcomarcas históricas de la provincia como son La Ramajería, La Ribera, El Abadengo, Campo de Argañán, La Socampana, Campo de Robledo, El Rebollar, Campo de Agadones, Sierra de Francia y Sierra de Béjar. El área incluye 26 lugares de interés geológico que forman parte del Inventario Nacional del Instituto Geológico y Minero de España y se han catalogado otros 50 nuevos.
Así, el listado de ‘Lugares de Interés Geológico’ del geoparque incluye, por ejemplo, las Arribes del Duero, el embalse de Almendra, el Teso de San Cristóbal y La Tabanera, el Puente Mocha, el Bornhardt de episienita de La Peña, la cascada del Pozo de los Humos, la mina de Barruecopardo o los yacimientos de estaño y litio de La Fregeneda y el de uranio de Saelices el Chico. También la fosa de Ciudad Rodrigo, el piedemonte entre Martiago y Fuenteguinaldo, la incisión fluvial del Águeda, la Peña de Francia o el paso de los Lobos.
Asimismo, están recogidos como lugares de interés geológico, el puerto del Portillo, el valle de las Batuecas, los auríferos de Las Cavenes, la intrusión granítica La Alberca-Sequeros, la calizas de Tamames, el pico Cervero, el meandro del río Alagón en Los Pradillos, La Covatilla, la superficie de cumbres de la Sierra de Béjar, el glaciar de Peña Negra de Becedas y el paleoglaciar de Cuerpo de Hombre y Nava de Navamuño.
“La constitución de la asociación Geoparque de Salamanca es un ambicioso proyecto que promete marcar un hito en nuestra provincia: la creación de un geoparque que será un testimonio vivo de la historia, una ventana a la geología, a la biodiversidad y la cultura local”, concluye Javier Iglesias, quien incide en que se trata de uno de los proyectos turísticos “más ambiciosos” de la provincia, con el que espera “contribuir a mejorar la calidad de vida de la población que habita la zona y sensibilizar a sus habitantes y a los posibles visitantes, en el alto valor de las estrategias de geoconservación».