Hace como dos meses, un camión de la basura rompió una pared en la calle Florencio Marcos, cerca del centro de salud de Chamberí.
Justo cuando sucedió, operarios del Ayuntamiento colocaron una cinta de plástico ‘advirtiendo’ del estropicio y para prevenir a los vecinos de un posible derrumbe de la pared dañada.
Pero, pasan las semanas y ahí sigue la pared rota, con pinta de caerse en cualquier momento. Por supuesto, la banda de plástico está desaparecida. Quizá es que ya no hay peligro de desplome.
«Los camiones de la basura son enormes y circulan por la ciudad como si fueran vehículos ligeros, o más deprisa, poco nos pasa», denuncian desde la asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.