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Florencio Maíllo entra en la historia del arte sacro salmantino

'El pensamiento ante el Misterio de la Creación, Redención y Resurrección', obra de Florencio Maíllo, se puede contemplar en el trasaltar de la Catedral Nueva de Salamanca
El cuadro de Florencio Maíllo colocado en el trasaltar de la Catedral Nueva.

Hay veces que los sueños se cumplen. La familia de Daniel Sánchez, cabildo de la Catedral fallecido hace dos años, ha visto cumplidos los deseos de su familiar. Ver el cuatro ideado por él y magníficamente bien interpretado por Florencio Maíllo luciendo con sus ocho metros por cuatro de esplendor en el trasaltar de la Catedral Nueva de Salamanca.

Un cuadro deseado. Visto en tres partes en el taller de Florencio Maíllo, allá en Mogarraz, por los íntimos. Este martes, en su plenitud, con su hermosura y contando la historia de la creación, muerte y resurrección, el cuadro ha sido mirado por los ojos asombrados de los que lo contemplaban.

Maíllo ha conseguido que no solo sea bello, decorativo y majestuoso, logra que el espectador quede cautivado con las imágenes que se ven en él. Sabedores todos, porque así lo ha querido el artista, que sus vecinos, convecinos, familiares, amigos y sus ‘ángeles de la guarda’ aparezcan retratados como Jesucristo -Jesús Martín- como el Padre Eterno -Jaime Royo Villanova-, como la Virgen María -María Guerras-, María Magdalena -Isabel Rodríguez- o San Juan -José Tabernero-. Ojos que trascienden, al mirarlos el mirón.

Florencio Maíllo tenía tres encomiendas que cumplir cuando estaba pintando El pensamiento ante el Misterio de la Creación, Redención y Resurrección: compromiso, responsabilidad y fidelidad.

El compromiso era con Daniel Sánchez y su familia, “porque gracias a su tenacidad estamos hoy aquí. Me lo encargó el verano de 2020, ambos tuvimos la conversación con mascarillas”, recuerda el artista de Mogarraz.

Florencio Maíllo con la familia de Daniel Sánchez, el cabildo que encargó la obra para la Catedral.

Los dos, artista y cabildo, acudieron a la catedral y ambos vieron y soñaron el espacio que hoy ocupa el cuatro. “El quería algo grande en el que estuvieran representados el Padre, la Crucifixión y la Resurrección”, matiza Florencio Maíllo.

No lo vio colgado en el trasaltar, pero sí que acudió durante dos años a ver cómo iba cobrando forma y daba forma a la obra. “Tenía miedo a cómo sería el traslado. Juan Luis Feltrero le dijo que de eso se encargaban ello. Era el verano del 2022”, explicó el artista.

“¡Es maravilloso vivir un viaje como este!”, exclamó en la presentación Florencio Maíllo. Durante este proceso lo han ido acompañando personas que han aportado su granito de arena: Antonio Cea, Fernando de la Flor, su propia familia, Jaime Royo Villanova, Casimiro o Juan Andrés.  

De izq a drcha. Adolfo Domínguez, Antonio Matilla, Tomás Gil, Florencio Maíllo, Jaime y Jorge Royo Villanova

En un momento de la creación pictórica, Florencio Maíllo sintió la responsabilidad, el segundo de los recados, que hubiera diálogo con el espacio y el edifico dónde se iba a mostrar.

Las catedrales son edificios que están vivos y son la suma de los tiempos que se van sucediendo. “No tuve escrúpulos en decir que sí a intervenir aquí. Viajé al pasado para proyectarme en la actualidad. El pasado y todos los grandes maestros me han servido de guía”.

Y el último de los propósitos: la fidelidad. Tradición y contemporaneidad. Aquí entra en juego otro de sus ángeles de la guarda: Tomás Gil. “Tuve momentos de debilidad. La pintura en este espacio no solo tiene que ser decorativa, tenía que trascender. Llegó Tomás -Gil- y me dijo: ‘Sé tú’. Y la obra encontró su sentido sacro. Tomás me brindó una ayuda esencial para poder cerrar la obra, porque como dijo Le Corbusier cuando construyó la iglesia de Ronchamp, éste es un recinto de oración, paz y alegría”, concluyó Florencio Maíllo.

Para ver la galería de imágenes, sigue la flecha.

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1 comentario en «Florencio Maíllo entra en la historia del arte sacro salmantino»

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