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Opinión

La Quimera se hace realidad

La fascinación que despierta el Mundo Antiguo resulta difícilmente descriptible. Alejados como estamos de las grandes civilizaciones del Antiguo Oriente, también del ámbito helénico, al menos en lo geográfico, nuestro referente es Roma. Aunque los primeros tiempos de la romanización al norte de Lusitania no fueron tan intensos y fructíferos como al sur y levante de la península Ibérica, lo cierto es que, a medida que avanzó la época Bajoimperial, el peso en importancia del interior fue cada vez mayor.

A medida que avanza el siglo III la inseguridad es mayor y el Imperio da muestras de impotencia para controlarla. La economía se transforma, la ciudad va perdiendo su importancia y el mundo se ruraliza a ojos vistas. Así es como se afianza, combinando las funciones residencial y productiva, la villa romana, que pese a caracterizarse por la autosuficiencia no excluye los lujos que solo el comercio puede deparar. La Meseta Central, con sus extensiones, idóneas para el latifundio, y la fertilidad de sus tierras, se convierte en el lugar más idóneo para la ubicación de estas villas.

En la actual Castilla y León, por tanto, abundaron las villas romanas. Hasta el presente, el número de yacimientos registrados como asentamientos rurales romanos se aproxima a los 1.300, aunque el número de villas, tal como las solemos entender, una vivienda suntuosa que asume también funciones productivas, el número se aproximaría al centenar. Veintiuna han sido declaradas BIC y, de ellas, tres están en la provincia de Salamanca: San Julián de la Valmuza (Doñinos), La Vega (Villoria) y Saelices el Chico.

El patrimonio arqueológico, además de ser estudiado y conservado, también debe ser puesto en valor. Y para ello la divulgación es fundamental. No se puede valorar aquello que no se conoce y el acceso a estos tesoros culturales, en los que se conjuntan componentes históricos, artísticos, sociales y económicos, debería ser un objetivo prioritario de las administraciones públicas. Naturalmente, no todos los restos arqueológicos pueden ser visitables. Actualmente, en Castilla y León hay seis villas romanas abiertas al público. De ellas, el ejemplo paradigmático es La Olmeda, en Palencia, donde todo se ha hecho bien. En la provincia de Salamanca, afortunadamente, pronto habrá también una villa romana que podrá visitarse, la de Saelices el Chico, declarada BIC en 1997.

Allí pronto podrá cumplirse el sueño de Conchi Martín Chamoso, compañera de estudios y fatigas hace ya «taitantos», que ha dedicado la mayor parte de su vida a luchar por este proyecto, excavando y enterrando los restos del yacimiento en varias ocasiones. Parecía una quimera… Y nunca mejor dicho porque allí descubrió un prodigioso mosaico con el mito de Belerofonte y la Quimera. El año pasado la Junta de Castilla y León aprobó su proyecto, compartido con Úrsula Lluc, para hacer visitable la villa, construyendo cubiertas y pasarelas, y abrir un aula y un espacio cultural vinculados a ella, para exponer los restos arqueológicos.

Con muchos meses de retraso ha llegado el dinero y se podrá empezar a trabajar en serio. De esta forma, con la villa de Saelices, junto Siega Verde y el fuerte de la Concepción, se espera potenciar el turismo cultural y arqueológico en el ángulo suroccidental de la provincia, que buena falta hace.

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