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La Junta y la Usal inicia el mapeado digital de las bodegas de Valderas

La Universidad de Salamanca se encargará del proyecto que se ejecutará en los próximos tres meses con un presupuesto de 18.119 euros
Valderas, León. Fotografía. Wikipedia.

La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte pone en marcha un mapeado de la zona de riesgos de colapso del Casco histórico de Valderas (León), como parte del proyecto piloto para la monitorización e incorporación de tecnologías digitales para los entornos BIC para su protección, conservación y vigilancia. La Universidad de Salamanca ha sido la adjudicataria de la intervención que se ejecutará en los próximos tres meses y cuyo presupuesto asciende a 18.119 euros.

ICAL. El contrato se engloba dentro del proyecto KHN (Knowledge Heritage Network) promovido por la Junta de Castilla y León en colaboración con el Gobierno de Aragón y la Xunta de Galicia. La iniciativa cuenta con un importe de 15,9 millones de euros y un horizonte hasta 2026, y pretende virar la gestión tradicional del patrimonio cultural hacia una gestión digital integral, donde cobra importancia la conservación preventiva.

Tras tener conocimiento del colapso ocurrido en la madrugada del pasado 12 de marzo de 2024 en una vivienda de la plaza de los Paños, de Valderas, se realizó visita técnica por el Servicio Territorial de Cultura, Turismo y Deporte de León con el objeto de proponer medidas para la conservación de los valores culturales del Conjunto Histórico de la localidad. Como consecuencia de la caída de la vivienda que tiene bodega, se había hundido la calle y las casas colindantes estaban afectadas.

El informe elaborado tras la visita planteaba que a la vista de los recurrentes derrumbes de bóvedas de bodegas tradicionales en Valderas, que además de un riesgo para las personas suponen una pérdida de valores culturales reconocidos, se planificara la realización de estudios previos (radiografía del subsuelo) y la redacción de un Plan Especial de Protección, fijando fases, plazos y financiación, teniendo en cuenta la necesaria participación de todas las administraciones.

En esta primera fase, se ha visto la necesidad de caracterizar el sustrato geológico y realizar un primer mapeado digital del sector amplio de la zona afectada, que permita entender el subsuelo y poder definir las causas y las soluciones, para lo cual hay que combinar la aplicación de diferentes tecnologías.

En una primera observación sobre el terreno, se percibió que las casas aledañas presentan evidentes signos de deformación por movimientos verticales del terreno (subsidencia), que genera grietas de gran tamaño y basculamientos de las fachadas de las edificaciones. Una inspección más amplia del casco histórico evidenció numerosas casas con daños similares (aunque de menor alcance), profusamente distribuidas.

Se trabaja con la hipótesis inicial de que estas deformaciones están ligadas a las bodegas que los propietarios han ido excavando de forma histórica en el subsuelo sobre el que se asienta el municipio. La complejidad de identificar las bodegas ‘per se’ y las limitaciones de movilidad que los propios colapsos han ocasionado, hace necesario este estudio inicial en el que se definan las zonas amplias afectadas por los agrietamientos y deformaciones, que serán por tanto de estudio prioritario por el riesgo que corren. Los aproximadamente 8000 metros cuadrados definidos en este estudio abarcan desde la puerta de San Isidro, siguiendo la calle de San Isidro, incluyendo la Iglesia de Santa María del Azogue, y continuando por la Calle Castillos hasta la salida a la altura de la muralla y el perímetro correspondiente hacia el río.

Los trabajos que ya se están realizando desde el pasado martes, 16 de julio, y que concluirán este lunes, día 22, incluyen un análisis por georradar 3D multifrecuencia sobre un área cercana a los 8.000 metros cuadrados, dos sondeos de 20 metros de profundidad con recuperación continua de testigo y toma de muestras inalteradas o parafinadas, ensayos para determinar el coeficiente de permeabilidad in situ y ensayos SPT para la determinación de los módulos elásticos del terreno, y ensayos geotécnicos con las muestras obtenidas en los sondeos.

Los sondeos quedarán revestidos con tubería piezométrica para poder hacer un control temporal de la evolución de los niveles freáticos. Además está prevista un análisis en superficie de las deformaciones en las edificaciones y viario: mapeado, toma de medidas y realización de esquemas.

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