Sara Carbonero suele dejar en sus redes sociales pensamientos, reflexiones, meditación, cavilación, consideración, introspección, ponderación… que gustan mucho a sus seguidores. También poemas, frases de personas célebres, artículos periodísticos que le han llamado la atención y música, mucha música.
En esta ocasión, la influencer comparte con sus seguidores, más de tres millones, el verano que está pasando con los suyos en su rincón del mundo, sus hijos y lo que le está aportando a ella estos momentos. No tiene reparos en abrirse en canal.
«De todos los viajes que podemos hacer, el más intenso, profundo y necesario siempre será hacia nosotros mismos. Hacia esos sitios donde convergen pasado, presente y futuro. Donde se enredan y entrelazan en esa trenza imaginaria que atrapa el dolor. Ese dolor que, en ocasiones, sumado a todo el ruido que enfrentamos cada día no nos deja ver lo esencial», explica la periodista.
Por esta razón, tiene un recuerdo para esos «lugares o personas que silenciosos/as están pero nunca piden. Se nos olvida buscar las grietas por donde entra la luz. Hay muchas, pero hay que saber verlas. Y tener paciencia», apunta.
Tiene una mención para sus hijos Martín y Lucas. «Hijos con los que ya puedes tener conversaciones de adultos y pedirles consejos, una abuela a la que se le va olvidando nuestro nombre pero no nuestras historias de cuando éramos niñas. Es lo más salvaje que podemos vivir. Es la aventura. Es la vida», escribe.
También tiene recuerdo para esas amistades que siempre han estado acompañando. «Unos ojos a los que poder mirar fijamente y decir libremente cómo te sientes. O que no haga falta. Gente que abraza tu vulnerabilidad cuando la sacas a pasear. Lazos irrompibles, raíces y alas», comparte.
Por todo ello, da «gracias, vida, porque aunque estos años no me estás dando mucha tregua y me estás retando fuerte, el aprendizaje no sería el mismo sin tanta piedra en el camino ni mi nivel de conciencia tampoco. Aceptar, abrazar, transitar, no esquivar. Creo que nos vamos entendiendo», concluye.
