Un guardia civil fuera de servicio salvó la vida a un ciclista que presentaba un fuerte traumatismo craneoencefálico al sufrir una caída y que se encontraba en parada cardiorrespiratoria.
J. D. S. / ICAL. La noche del pasado día 9 de julio, el agente, destinado en el Seprona de Puebla de Sanabria, vio que en las inmediaciones del puente de San Francisco había un grupo de personas en torno a otra, que yacía en el suelo, tras haber sufrido un accidente con la bicicleta en la que circulaba. El ciclista presentaba un fuerte traumatismo en la cabeza, agravado por el hecho de que no llevaba puesto el casco de protección.
El guardia civil pidió a los viandantes que avisaran al Servicio de Emergencias 112 y comprobó que el ciclista no tenía pulso y que no respondía a estímulos, además de presentar una respiración agónica, señales inequívocas de que se encontraba sufriendo un paro cardíaco, según informaron fuentes de la Comandancia de Zamora.
De esta forma, el agente empezó la maniobra de reanimación cardiopulmonar, que mantuvo durante un largo tiempo, hasta que fue relevado por una mujer que se identificó como enfermera y que no fue identificada.
Ambos actuaron hasta la llegada de los servicios sanitarios, que se hicieron cargo de la situación y consiguieron recuperar al ciclista y salvarle la vida.
“Este tipo de actuaciones son posibles gracias a que, desde 2017, la Comandancia de la Guardia Civil de Zamora hace cursos de formación en soporte vital básico y desfibrilador semiautomático para todo el personal”, según apuntaron las mismas fuentes.
Actualmente, el 91 por ciento de los guardias civiles de la provincia de Zamora cuenta con esa formación y la titulación que lleva asociada, avalada por el Instituto de Ciencias de la Salud de Castilla y León y los correspondientes reciclajes bienales preceptivos para mantener la titulación.
