La defensa del cocinero español Daniel Sancho ha presentado un informe para rebatir las acusaciones de que Sancho planeó el crimen del cirujano colombiano, Edwin Arrieta. Además, sostienen y argumentan que el asesinato no fue premeditado, sino un accidente tras una pelea entre ambos. La sentencia del juicio se conocerá el próximo 29 de agosto.
El juicio a Daniel Sancho por el asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta se celebró hace dos meses en Tailandia. Ahora, casi un año después del crimen, y a un mes de conocerse la sentencia, la defensa de Sancho ha presentado un informe rebatiendo las acusaciones contra este y argumentando que la muerte del cirujano se produjo de forma accidental, tras lo cual el cocinero entró en shock.
El documento, al que ha tenido acceso Telecinco, consta de 31 folios en inglés y está firmado por Carmen Balfagón, Ramón Chippirrás, los peritos y la defensa de Sancho. En el mismo se recogen una serie de indicios que, a su juicio, probarían que el asesinato no fue premeditado, sino que se produjo tras un duro golpe en el transcurso de una pelea entre ambos.
Por un lado, desmienten que las compras realizadas por Sancho previas al delito fueran para preparar el mismo. En este sentido, sobre la sierra que compró, recuerdan que era para cortar madera, y la adquirió para cortar cocos y madera para la barbacoa. Además, insisten en que, si el crimen fuera premeditado, habría comprado un utensilio para cortes más robustos. Por su parte, defienden que las bolsas en las que metió los trozos del cadáver también indican que todo fue improvisado, ya que utilizó tanto las que había comprado, como otras que no guardan relación.
“Esto demuestra que no todos los restos se encontraron en bolsas negras dentro de bolsas verdes”, exponen, añadiendo que, “la compra de bolsas de basura no puede considerarse premeditada, ya que se ha observado que se utilizaron otro tipo de bolsas o saos, lo que apoya la idea de que no hubo premeditación, sino improvisación”.
En el escrito de conclusión también destacan que Sancho nunca ocultó su rostro e, incluso, aportó sus datos personales en el hotel o para alquilar una moto. “Dentro de la dinámica delictiva, en su supuesto caso, el comportamiento del señor Daniel debería haber sido diferente”, puntualizan.
Asimismo, en cuanto a las muestras de ADN, indican que, “de todas las muestras analizadas en los informes forenses, solo aparece la mezcla del ADN” de Sancho y Arrieta en tres de ellas. Estas se encontraban en una gota de sangre de una sábana, en un guante de goma rosa y en un cuchillo. Sin embargo, desde la defensa no dan validez a esto último, y es que ni la Fiscalía ni la acusación particular han podido determinar si el cuchillo se utilizó en el crimen.
En definitiva, la defensa insiste en que el la muerte del colombiano se produjo de forma accidental, a raíz de una pelea entre ambos. Tras ello, y así lo admitió Sancho en el juicio, desmembró el cuerpo y metió los restos en bolsas antes de deshacerse de las mimas en el mar y en cubos de basura. La sentencia se conocerá el próximo 29 de agosto.