El número de casos por fraude y mal etiquetado del aceite de oliva se han multiplicado exponencialmente en los últimos años. Esta es una de las consecuencias de la caída de la producción a causa de los efectos del cambio climático.
Junto al aumento del precio del aceite de oliva, en los últimos años también se ha producido un mayor número de casos de fraude, mal etiquetado o contaminación con sustancias no autorizadas del ‘oro líquido’ en Europa. Así lo advierte el diario británico ‘The Guardian’, señalando que, mientras en el primer trimestre de 2018 se produjeron 15 de estos casos, en el primer trimestre de 2023, la cifra ascendió hasta los 50.
Entre los casos denunciados ante la Dirección General de Salud de la UE, hay desde aceites contaminados con pesticidas, hasta aceite mineral o incluso uno en el que se detectó cristal. En otras de las denuncias, se había adulterado aceite de oliva virgen extra con otras grasas de peor calidad, o contaban con un etiquetado erróneo o engañoso.
Desde comienzos de 2023 han sido un total de 182 las notificaciones enviadas a la UE. De ellas, 54 correspondían a productos italianos, 41 a españoles y 39 a griegos. En una de las denuncias, registrada en Alemania, se informaba de un aceite lampante que procedía de Israel y se vendía en supermercados alemanes como aceite de oliva virgen extra.
El aumento de los casos se debe, entre otras cuestiones, a los efectos del cambio climático en el campo, que han afectado a la producción. Sin ir más lejos, en España, según las previsiones del Concejo Oleícola Internacional (IOC), la producción de la campaña 2023/24 será de unos 2,4 millones de toneladas, un 27% menos que la de 2018/19.