Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Opinión

La ‘maldición’ del 13 en el bus de Béjar

El autobús municipal de Béjar (Ayto. Béjar)

El autobús municipal realiza durante una jornada trece viajes completos de subida y bajada entre los extremos de la ciudad. El recorrido medio (porque hay variaciones según temporadas y horarios) es de seis kilómetros y quinientos metros, es decir: trece kilómetros en total para el viaje de ida y vuelta. Finalmente, su matrícula es: ‘0148 FZK’ (donde comprobamos que la suma de los dígitos es trece) y cuenta con 26 plazas de asiento (trece por dos), contando con la del conductor, Trece viajes de trece kilómetros en un autobús cuya matrícula suma trece y que cuenta con un múltiplo exacto de trece asientos, resulta ser un servicio poco recomendable para supersticiosos.

Está claro, de todas formas, que el autobús municipal tiene gafe. Durante los últimos meses el servicio ha sido suspendido en media docena de ocasiones por averías y el próximo lunes (5 de agosto) tampoco funcionará, porque tiene que pasar la ITV. En noviembre de 2023, el alcalde anunció que había que comprar un autobús nuevo, pero, a punto de cumplirse los nueves meses de embarazo, todavía no hay noticias de alumbramiento. Es más, este asunto del autobús se ha convertido en un venero inagotable para el rifirrafe político en el seno del Consistorio.

Yo no sé qué problema puede haber en convocar una licitación pública para comprar un autobús (que, como he comprobado en Internet es lo que suelen hacer todos los ayuntamientos de España) o si existe algún obstáculo insalvable por carencia de dotación presupuestaria, no lo sé. El caso es que parece que no hay manera de poder adquirirlo. Por si esto fuera poco, nuestros ‘sagaces’ ediles han añadido a la lista un nuevo coche y dos motos para la policía local. Así se facilitan más las gestiones.

Con la ciudadanía resignada a quedarse sin transporte colectivo de manera intermitente, nuestros representantes discuten, acaloradamente, sobre si hay partida o abasto a la que pueda asignarse el gasto, si es conveniente tirar del remanente o si es adecuado modificar lo presupuestado; si se debe optar por alquilar o, quizá, sea mejor comprar; si el leasing es la solución o procede pedir una subvención. Todo un poema, rimado en consonante.

Cuando se pongan de acuerdo sobre lo anterior, se tendrá que poner en marcha el procedimiento administrativo, para recibir y evaluar la documentación presentada y atender a los plazos legales de información pública y alegaciones (según sea el procedimiento adoptado) y así decidir qué vehículos se adquieren (o se alquilan, o se financian, o se piden prestados) Supongo, además, que, en este caso con plena justificación, podrían aplicarse todos los trámites de urgencia, pero lo que vemos en la práctica sólo es demora y atraso, por no decir tranquilidad y parsimonia (En lo que refiere a cursar el expediente, porque para discutir hasta la extenuación y de manera estéril cualquier detalle, venga o no a cuento, se apuran horas sin desperdiciar un segundo desde hace meses). Por todo ello, comienzo a dudar de que podamos ver la salida del túnel.

Seguramente algunas otras personas estén preguntándose ahora mismo la razón de que todo sea tan largo y vaya tan despacio. Yo también (aunque quizá al final de la serie podamos establecer algunas conclusiones). No obstante ello, estoy convencido de que, si el alcalde y su equipo (incluidos los técnicos municipales) tras anunciarse hace ocho meses la urgente necesidad de adquirir un nuevo autobús, hubieran trabajado una semana (o quince días, para no agobiarles) en definir todos esos trámites y hubieran presentado en el Pleno del mes de diciembre una propuesta concreta y completa, definida documentalmente y con todos los informes pertinentes; hace tiempo que estaríamos subiendo a Valdesangil en un flamante ómnibus recién estrenado.

Tal y como sucede con las ‘facturas impagables’ nos encontramos con un nudo gordiano difícil de desatar. Ya veremos en qué acaba la cosa. De momento, me parece urgente que se añada a la discusión un nuevo elemento de capital importancia, sea cual sea la manera o el procedimiento para adquirir cualquier vehículo para el municipio: que se tenga en cuenta la necesidad de asegurar que ninguna matrícula, o número de bastidor, sea múltiplo exacto de trece; así como el número de plazas o asientos. Igualmente que se modifique el itinerario para evitar cualquier tipo de coincidencia numérica que pueda alimentar el cenizo.

Por. Alberto Segade Illán

Deja un comentario

No dejes ni tu nombre ni el correo. Deja tu comentario como 'Anónimo' o un alias.

Te recomendamos

Buscar
Servicios