Las líneas del alma es la sugerente exposición de dibujo de la artista bilbaína Rocío Caramazana que podemos disfrutar hasta el 1 de septiembre en la Sala de exposiciones “La Salina”.
En las obras expuestas predominan las líneas y la ausencia de color, pero con tan pocos medios la artista consigue trasmitir muchas sensaciones.
Se trata de una exposición arriesgada, porque, como ella misma comenta, “el dibujo está considerado un arte menor en España”, incluso como la fase de la pintura previa a la aplicación del color. Con esta muestra, se pone en valor esta técnica, empleada como una forma de expresión muy honesta en la que el color no camufla nada. Quizá por eso, las emociones que siente el espectador tampoco se camuflan y son tan directas.
En un primer vistazo a la sala podría parecer que no hay mucha conexión entre las piezas, más allá de la técnica y la recurrente presencia de árboles, utilizados como símbolo de vida. “Todos estos bosques son fruto de mi imaginación. Los árboles que pinto son los árboles de mis vidas pasadas” nos explica Caramazana. Pero, además de árboles, en la sala también encontramos rostros anhelantes, ojos que nos miran, energía femenina, OVNIs, y hasta un Cristo homenaje a la obra escultórica Cristo en brazos de la muerte, de su maestro Ricardo Flecha.
Sin embargo, tras tener el privilegio de pasear la exposición con la artista, resulta evidente la búsqueda de raíces en todas sus piezas, raíces en un sentido muy amplio: raíces de los árboles, raíces como aquello que está oculto o que no nos detenemos a mirar y que ella nos descubre en sus dibujos, raíces como aquellos que nos precedieron y nos enseñaron, raíces como la energía que nos hace ser quienes somos (especialmente a las mujeres), raíces como una forma de presencia, del “alma” que da título a la exposición.
La música que acompaña la experiencia, muy bien escogida por la propia Caramazana, es de Cristina Serrato y trasmite esa misma sensación de presencia. Aun así, la autora nos confiesa que en la actualidad está trabajando en silencio para poder escucharse a sí misma.
Y ese precisamente es uno de los grandes logros de la obra de la artista: genera introspección, escucharnos a nosotros mismos, buscar raíces. Os invitamos a que le deis una oportunidad a esta interesante muestra de dibujo, a ver qué os descubre a vosotros Rocío Caramazana. Ojalá después de verla decidáis llevaros uno de sus bosques a casa, no requieren cuidados botánicos y generan esa misma sensación de conexión que experimentamos en la naturaleza.
Por. Elena Vecillas.